Avalanchas: consejos básicos de seguridad para la montaña invernal

Avalanchas: consejos básicos de seguridad para la montaña invernal

Están llegando ya nevadas copiosas, en pocas semanas la montaña estará llena de nieve —llega la montaña invernal—. La montaña en invierno tiene un riesgo añadido, los aludes. Un alud, o avalancha, es el desplazamiento de una capa de nieve o de tierra ladera abajo que puede incorporar parte del sustrato y de la cobertura vegetal de la pendiente, lo que puede causar cuantiosos destrozos y causar numerosos heridos y muertos entre la comunidad de montañeros.

Cuando salimos a la montaña en estas condiciones, estamos expuestos a riesgos, de manera que debemos estar precavidos frente a posibles peligros de aludes o avalanchas que se puedan presentar.

Actualmente, existen canales de información metereológica que te permiten estar al tanto de las condiciones climáticas, sin embargo éstas pueden cambiar repentinamente y sorprenderte en tu actividad en la montaña. Aunque las avalanchas no son predecibles, existen mecanismos que nos pueden alertar sobre el riesgo de avalancha dado por la cantidad de nieve que ha caído y por las condiciones topográficas del terreno, pero te has preguntado ¿Qué hacer frente a una avalancha? A continuación te facilitaremos unos consejos prácticos de seguridad para neófitos en la montaña invernal.

1. Evita los aludes: prevenir es ‘curar’

Para prevenir una alud debes tener los 5 sentidos alerta. Se puede producir un desplazamiento violento de la masa de nieve, como el riesgo de quedar sepultado por replicas posterior a la primera avalancha. Debes observar y evitar lugares expuestos al riesgo de aludes: por acumulación de nieve, por topografía, por signos de anteriores corrimientos de nieve. La nieve ha podido acumularse en capas diferenciadas y el riesgo de desplazamiento es muy fuerte. En nuestra mano está tomar decisiones de por dónde llevar la huella, por dónde descender con nuestros esquís o si es conveniente darnos la vuelto ante el riesgo importante de alud.


Existen numerosas formas de prevenir un alud mediante procesos muy sencillos:

  • Test del bastón: consiste en clavar el bastón para comprobar la dureza y el espesor de la nieve.
    • Si la primera capa es blanda y luego encontramos una capa dura, probablemente nos encontramos con nieve reciente o de fusión. Por tanto, hay que considerar el espesor de esta capa blanda en función de la pendiente que presenta la montaña.
    • Si la primera capa es dura y por debajo hay una capa débil, nos encontramos ante una posible placa, y por lo tanto estamos ante una situación inestable.
    • Si la dureza aumenta a medida que vamos clavando el bastón, nos encontramos en el caso más estable. Si utilizamos la sonda, podremos comprobar el espesor total del manto nivoso y notaremos mejor las diferentes durezas de las distintas capas.
  • Test de la vertiente: consiste en colocarse en una ladera de unos 30 º/45º haciendo presión con las raquetas o los esquís para comprobar si es estable. Si algo se desplaza, demostrará una gran inestabilidad.
  • Test de la vuelta maría: consiste en observar si cuando hacemos el giro abriendo traza se abren grietas en el triángulo de nieve que abrimos.
  • Test de doble traza: abriendo traza, podemos abrir una segunda uno o dos metros por encima de la primera. La nieve quedará descalzada y es posible que se deslice cuando pasemos por encima o al dar un pequeño salto.
  • Test de la columna extendida: se trata de recortar perpendicularmente a la pendiente un rectángulo de 30 cm de alto por 90 cm de largo; y con una profundidad máxima de 120 cm. Hay que aislar el bloque y quitar la nieve de los dos lados de 30 cm y del lado de 90 cm que queda en la parte inferior de la pendiente de la montaña. Ponemos la pala sobre el rectángulo, en contacto con la nieve, en uno de los lados del bloque.
Evita los aludes: prevenir es 'curar'
Evita los aludes: prevenir es ‘curar’

2. En la avalancha: cómo debemos actuar

Ya sorprendido en la avalancha, intenta por tus propios medios de salirte de la trayectoria del alud siempre de manera lateral, libérate de los bastones, esquíes, mochila, y cualquier otro objeto que pueda quitarte movilidad. Intenta en todo momento mantenerte ‘a flote’, puedes realizar movimiento, como si de nadar se tratara.

3. Utiliza equipos especializados ARVA

Utiliza equipos especializados ARVA
Utiliza equipos especializados ARVA

El avance de la tecnología ha permitido que hoy en día dispongamos de aparatos electrónicos, que aumentarán la seguridad ante riesgo de avalanchas, trata de llevar siempre uno en un lugar protegido como bolsillos con cierre, colgado al cuello o sujeto al pecho. Este aparato funciona como un buscador emitiendo señales sonoras, a mayor frecuencia del sonido está más cerca del rescate. Dependiendo de cada modelo posee funciones específicas, lo que si debes tener en cuenta que cuando hay un accidente cambiar el modo de emisión a búsqueda de manera que no exista interferencia con otros equipos.

4. El tiempo de respuesta en aludes

En los eventos de estas características, las víctimas tienen un tiempo de rescate que oscila entre los primeros 15 a 20 minutos. De manera que si eres una víctima y no puedes escapar trata de hacer una cámara de oxigeno mientras estas sepultado, mantén la calma, no grites, esto aumentara el riego de morir por asfixia consumiéndote el poco oxigeno que tienes bajo la nieve, guarda fuerzas para cuando escuches a los rescatistas. No te preocupes por cambiar el modo en tu aparato electrónico —ARVA—, porque siempre estará en modo emisión.

El resto del trabajo les toca a los rescatistas, de allí la importancia que no salgas solo a practicar deporte en montaña invernal.

Las muertes por avalanchas son algo inevitable en cada temporada, sin embargo está en nuestras manos prevenirlas y mejorar la respuesta frente a una de ellas.

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