Valle de Roncal
Integrado por siete pueblos, recorrido por el río Esca y fronterizo con el Pirineo aragonés y francés, este valle tiene muchas cosas que ofrecerte. Aloja el pico más alto del Pirineo navarro, la Mesa de los Tres Reyes (2.444 m), y el único valle glacial de esta franja del Pirineo, junto con el bosque de hayas, dicen, más antiguo de Europa.
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De bosques umbríos y caminos solitarios, te sorprenderá su silencio, únicamente perturbado por el sonido del agua y el graznar de las aves. Los pueblos de calles empedradas y balcones orientados al sur te indican que estás en un lugar de montaña. Pueblos como Burguí, cuna de los almadieros (oficio de los que bajaban la madera por el río dispuesta en balsas de troncos). O Urzainqui, separado por el río en dos barrios. Cuentan que en uno vivían los cristianos y en el otro los agotes (pobladores de la cordillera pirenaica discriminados durante siglos).
Roncal es la capital del valle, lo que se refleja en sus señoriales mansiones de pórticos renacentistas, sus ventanales góticos y escudos. Destaca también su frontón y el hermoso edificio de escuelas públicas, junto con el museo dedicado al tenor Julián Gayarre. Y no podemos olvidarnos de Isaba, con su imponente iglesia dominándolo todo y su órgano barroco del siglo XVIII.
En el término de Isaba se encuentra el Valle de Belagua, que hace de cabezera del Valle de Roncal. Belagua es el único valle glaciar de Navarra, podrás disfrutar de unas hermosas vistas de este valle desde el puerto, en la carretera Isaba-Francia (NA 1370), desde la Venta de Juan Pito y desde el refugio militar situado en el km 16.
El Puerto de Belagua da paso a la Reserva Natural de Larra, la mayor de Navarra, de macizos de rocas calizas y pino negro, y donde se encuentra la conocida Piedra de San Martín, mojón fronterizo con el Pirineo francés, límite con el valle de Baretous (Francia) donde se celebra todos los años el día 13 de julio, el Tributo de las tres vacas.
Se trata de una fiesta de hermanamiento que rememora la paz a la que llegaron los navarros y franceses después de someterse al arbitraje del obispo de Ansó, y así los franceses del valle de Baretou entregan tres vacas, elegidas por los roncaleses, como tributo por utilizar sus pastos en verano.
En el rincón de Belagua se encuentra la reserva de Aztaparreta, bosque virgen ajeno a cualquier tipo de explotación forestal desde hace más de quinientos años y que constituye el hayedo más antiguo de Europa.