El Chorro de las Batuecas
Al Sur de Salamanca se esconde el valle de las Batuecas, dentro de la Sierra de Francia, una comarca convertida recientemente en parque natural por sus indudables tesoros medioambientales. En el siglo XVII, una comunidad de carmelitas se asentó en la zona, levantando el monasterio de las Batuecas y una veintena de ermitas para su retiro y oración, de las que todavía se mantienen unas cuantas.
- Duración: 5 horas
- Distancia aproximada: 9 km
- Dificultad: media
- Lugar: Valle de las Batuecas (Salamanca)
- Época recomendada: noviembre
Desde el monasterio parte el camino que, en las orillas mismas del cauce fluvial, avanza hasta el Chorro de las Batuecas. El estrecho sendero discurre entre los restos del antiguo jardín botánico de los monjes y está rodeado de encinas, tejos, serbales, cipreses, cedros, ailantos y catalpas. Más adelante, se cruza un puentecillo sobre un arroyo, descubriendo un denso jaral que cubre las laderas. Además de encinas, se pueden ver ejemplares de roble, quejigo y sobre todo alcornoque y pinos, plantados en la década de 1950. La vida salvaje más notable de estos montes es la cabra montés, reintroducida tras su extinción a finales de 1960. Los densos bosques dan cobijo también al amenazado lince ibérico y al buitre negro.
Siguiendo otras veredas, como la de la Cueva del Cristo, se llega a diversos refugios con pinturas mileranias, en las que se pueden distinguir homínidos, dedos y soles, pero también pinturas realizadas por los monjes para santificar estos enclaves paganos. Otro refugio interesante es la Majada de las Torres, fácilmente reconocible porque en él confluyen dos arroyos principales: el Batuecas y el Chorro. Tras visitar las pinturas rupestres de la Majada de las Torres, hay que continuar el camino hasta alcanzar el recóndito manantial del Chorro y su cascada, en pleno corazón del parque natural de las Batuecas-Sierra de Francia.