Ascensión al Pico Catieras desde Panticosa
Ruta de dificultad media con un desnivel de 1.380 metros, desde la estación de esquí de Panticosa (pueblo) (1.225 m) hasta el pico de Catieras (2.605 m), pasando por el ibón de Catieras (2.230 m).
Partimos de la pista que parte desde el telecabina de Panticosa hacia la Ripera. Tras pasar un puente con una baliza -para que no se escape el ganado- debemos tomar el camino que sale a nuestra izquierda y que nos llevará hacia el Cuello de Yenefrito. Atravesamos la Mayada de Yenefrito y seguimos caminando paralelos al río Laulot. Pasamos junto a una cabaña de pastores y continuamos hasta que el camino se aproxima al río y observamos unas paredes de piedra que sirven de refugio al ganado. Es fácil que te salgan al paso vacas, caballos y ovejas.
Allí cruzamos el río y siguiendo los hitos -ya que al principio el camino no está bien definido- continuamos por el camino hacia el ibón de Catieras. Seguimos nuestro recorrido con la sierra Tendeñera al fondo. Nuestro próximo destino es el ibón de Catieras. El ibón es un buen lugar para hacer un descanso, disfrutar del paisaje, la fauna, la flora… y reponer fuerzas tras casi cuatro horas de caminata.
Reanudamos el camino bordeando el ibón por el lado izquierdo para continuar hacia el cuello de Espelunz, de forma que giramos a la izquierda para ir entre los picos de Catieras, a nuestra izquierda, y el pico Baldairán (2.702 m), a la derecha. Primero llegaremos al collado de Catieras y, desde allí, al pico. Desde la cima la vista es espectacular, la vista abarca desde el macizo del Vignemale hasta Bujaruelo, con el ibón a nuestros pies.
A continuación nos dirigimos a la otra punta del Pico, con vistas al pico Espelunz, la sierra de la Partacua, Aspe, Bisaurín, Anie (2.507 m, en el Pirineo francés), Garmo Negro…
Hacemos la bajada por el mismo camino de subida. Primero llegamos al collado, de allí nos dirigimos hacia el ibón, mientras el pico nos queda a la espalda. Seguimos descendiendo y obtenemos una vista muy diferente del Dedo de Yenefrito. De nuevo algunas vacas y caballos vienen a saludarnos con mucha curiosidad. Una vez que dejamos atrás la majada de Yenefrito continuamos el camino marcado para, finalmente, salirnos de la pista para regresar a Panticosa por el camino que nos lleva directamente a la salida del telecabina.