La posada del diablo
Continuamos con la publicación de los microrrelatos de la primera edición del concurso: Relatos de Altura, os dejamos disfrutar con «La posada del diablo», de Antonio J. Ruiz Munuera.
La posada del diablo
·por Antonio J. Ruiz Munuera·
Habían tapado la entrada con una puerta de fortuna. Sus piolets, dispuestos en cruz y cubiertos por un anorak. Caminaron exhaustos sobre una nieve que se engrosaba cada minuto con el azote de la tormenta. A ciegas y absolutamente desorientados. A semejante altitud y con todo perdido la fortuna, o el mismo diablo -quien jugaba con su agonía- los había conducido hacia esa pequeña cueva. No más que una madriguera, de un hielo tan negro como la obsidiana, en la que pasaron la noche aovillados, igual que dos cachorros recién paridos.
Horas después un rayo de luz, filtrado por una costura del anorak, les llevó dos noticias: que había amanecido y que, pese a todo, seguían con vida. Al salir, y tras dar varios pasos, vieron a sus pies un infinito campo de glaciares. Habían dormido a tres metros de la cumbre. Belcebú, regodeándose, asentía con la cabeza satisfecho.