La importancia de mantener una correcta salud de pies en una ruta por la montaña
Quien no ha estado en una travesía de larga distancia, el Camino de Santiago o el GR11 en los Pirineos por ejemplo, y ve cómo puede truncarse su aventura por el estado de sus pies aunque se encuentre fuerte y con energía. En una gran ruta tipo al Camino de Santiago, uno de los principales problemas ya no es la distancia de cada día, sino la acumulación de estas. Tus pies se irán resintiendo, y notarás cómo pequeñas ampollas aparecen (este es el comienzo de lo que puede ser un calvario). Pero tus pies no están exentas de otros problemas, porque se dan los ingredientes que pueden cocinar una infección fúngica o cualquier otro problema similar, tipo al pie de atleta. Y lo que podría solucionarse con crema para hongos en los pies es capaz de arruinar tu ruta y llevarte a casa de manera temprana.
Además, piensa que iremos frecuentando albergues del Camino de Santiago, o refugios, donde van pasando peregrinos y utilizamos servicios y duchas de manera común, y no estamos exentos a que podamos coger hongos en los pies.
En este artículo hablaremos de todo ello y, sobre todo, de cómo podemos evitar, prevenir y luego cuidar nuestros pies si aparece un problema de este tipo. Soportan nuestro peso y reciben el impacto de cada paso. Sin embargo, no les damos la importancia que merecen hasta que surge un problema.
Principales problemas en los pies durante las travesías
Los pies son la base de cualquier caminante. Soportan nuestro peso y reciben el impacto de cada paso. Sin embargo, no les damos la importancia que merecen hasta que surge un problema. Entre los principales problemas que enfrentan los montañistas y senderistas están las ampollas, los esguinces, las uñas encarnadas y, por supuesto, las infecciones por hongos como el pie de atleta.
Las ampollas son el resultado de la fricción constante entre el pie y el calzado. Para prevenirlas, es fundamental elegir calcetines y zapatos adecuados y mantener los pies secos. Una vez que aparece una ampolla, es crucial tratarla adecuadamente para evitar infecciones. La atención temprana y adecuada puede hacer una gran diferencia en tu comodidad y salud durante la caminata.
Los esguinces son lesiones comunes en terrenos irregulares. Usar calzado con buen soporte y caminar con precaución puede reducir el riesgo de sufrirlos. Un buen entrenamiento previo que fortalezca los tobillos y los pies también es muy beneficioso.
Las uñas encarnadas son dolorosas y pueden arruinar una caminata. Mantener las uñas bien cortadas y en línea recta es esencial para prevenirlas. Además, usar un calzado que no comprima demasiado los dedos también puede ayudar a evitar este problema.
Pie de atleta: un enemigo silencioso
El pie de atleta es una infección fúngica que afecta la piel de los pies, especialmente entre los dedos. Es común en ambientes húmedos y cálidos, como los que se crean dentro de las botas de montaña después de horas de caminata. El pie de atleta es causado por hongos dermatofitos, que prosperan en condiciones húmedas. Estos hongos pueden causar picazón, ardor, descamación y grietas en la piel. En casos más severos, pueden generar dolor e incluso infecciones bacterianas secundarias.
Síntomas del pie de atleta
Los síntomas del pie de atleta incluyen una picazón intensa, especialmente entre los dedos, y una piel rojiza, escamosa o agrietada. En ocasiones, pueden aparecer ampollas que supuran y un olor desagradable. Estos síntomas pueden variar en intensidad, pero siempre son incómodos y deben ser tratados a tiempo.
Tratamiento del pie de atleta
El tratamiento del pie de atleta suele incluir cremas antifúngicas. Es crucial comenzar el tratamiento tan pronto como aparezcan los síntomas para evitar que la infección se extienda. Existen medicamentos en crema que alivian rápidamente los síntomas y eliminan los hongos.
Prevención del pie de atleta
La prevención es la mejor estrategia para evitar el pie de atleta. Mantener tus pies secos es fundamental, ya que el ambiente húmedo favorece el crecimiento de hongos. Usar calcetines de materiales que absorban el sudor y permitan la transpiración, como los de lana merino o materiales sintéticos diseñados para actividades al aire libre, es una excelente práctica. Durante una larga caminata, lleva varios pares de calcetines y cámbialos cuando sientas que están húmedos. Esto reducirá la humedad en tus pies y ayudará a prevenir la aparición de hongos.
Siempre que puedas, quítate las botas y permite que tus pies respiren. Si estás en una pausa larga, aprovecha para secar tus pies al aire libre. La higiene adecuada también es crucial: lava tus pies todos los días con agua y jabón, y asegúrate de secarlos bien, especialmente entre los dedos. Aplicar talco antifúngico en tus pies y dentro de tus botas puede ayudar a mantenerlos secos y prevenir el crecimiento de hongos.
Consejos para mantener tus pies en buen estado durante una ruta larga
Antes de la travesía, es recomendable visitar a un podólogo para una revisión y tratamiento de cualquier problema existente. Realizar ejercicios de fortalecimiento para pies y tobillos también ayuda a prevenir lesiones y mejorar la resistencia. Elegir el calzado adecuado es esencial: busca botas de montaña que se ajusten bien, sean cómodas y proporcionen un buen soporte. Es importante usar el calzado nuevo en caminatas cortas antes de emprender rutas largas para amoldarlo a tus pies. Además, los calcetines técnicos diseñados para senderismo minimizan la fricción y permiten la transpiración.
Durante la caminata, presta atención a las señales de advertencia. Si sientes alguna rozadura, detente y ajusta tu calzado. Usa apósitos o esparadrapo para cubrir las zonas afectadas. Mantén tus pies hidratados y descansa regularmente para evitar la fatiga. Cambia los calcetines si sientes humedad y lleva varios pares en tu mochila. Si aparecen ampollas, trátalas inmediatamente para evitar infecciones, usando productos específicos y manteniendo la zona limpia.
Después de la caminata, lava tus pies con agua tibia y jabón, y sécalos bien, prestando especial atención entre los dedos. Aplica una crema hidratante para mantener la piel suave y prevenir la sequedad. Un masaje en los pies y estiramientos te ayudarán a aliviar la tensión y mejorar la circulación. Examina tus pies en busca de ampollas, cortes o señales de infecciones y trátalas adecuadamente.
Productos útiles para el cuidado de los pies
Además de las cremas antifúngicas, hay otros productos que pueden ser de gran ayuda para mantener tus pies en buen estado. Los parches para ampollas son ideales para proteger las zonas afectadas y permitir que sanen sin fricción adicional. El talco antifúngico ayuda a mantener los pies secos y evitar la proliferación de hongos, y el spray desodorante para pies mantiene los pies frescos y reduce el mal olor.