Cómo construir un iglú: un tutorial con todo lo que necesitas saber
¿Te has imaginado que harías si alguna vez te encontraras rodeado por kilómetros y kilómetros de sólo nieve? En la montaña, al realizar una salida de varios días, quizás debas poner en práctica algunos conocimientos que mantendrán a salvo a ti y a tus compañeros, sobre todo si se trata de construir algún refugio en la montaña para pasar la noche o refugirarse del mal tiempo. Me refiero a saber cómo construir un iglú.
Cómo construir un iglú: lo que necesitas saber
Antes de empezar, lo mínimo que deberás tener es una pala (mejor si hay más) y una sonda para valorar la profundidad y el tipo de nieve que hay en el lugar. Una herramienta que puede ser muy útil es una sierra de podar de mano.
Por otra parte, lo mejor es nombrar a alguien que haga de líder de la obra. Lo mejor es que se trate de una persona experimentada que conozca con claridad el proceso de construcción del iglú para que pueda dirigir a los demás y sepa indicar qué hacer en algún momento de duda.
1. Elige el lugar para la construcción del iglú
El lugar para la construcción del iglú debe ser un lugar plano y con abundante nieve, de modo que tú y tus compañeros puedan cavar hasta que el iglú tenga la profundidad deseada.
El diámetro del iglú debe ser de 2 a 3 metros de diámetro. Esta distancia es necesaria para que tú y tus compañeros puedan dormir con las piernas extendidas.
2. Comienza a cavar el habitáculo
Luego, en el lugar elegido comienza a cavar hasta que la nieve te llegue a la altura de las rodillas aproximadamente. Cuida que el suelo del habitáculo quede llano, barriéndola con el borde de la pala.
Antes de continuar, es necesario apelmazar la nieve que rodea el habitáculo con la pala para que quede muy compacta y pueda sostener de forma estable las paredes que vamos a construir próximamente.
3. Elige una «cantera» y extrae bloques de nieve
Muy cerca del lugar donde se encontrará el iglú, tú y tus compañeros deben elegir un lugar que funcione como cantera, es decir, un lugar en el que excavarás los bloques que conformarán las paredes.
Para que la nieve sirva para construir un iglú, es necesario que la nieve esté seca y compacta. Si la nieve no se encuentra compacta, entonces tendremos que compactarla con lo que tengamos a mano: la pala, un ski, una raqueta o incluso con los pies. Si la nieve está muy dura o forma una capa de hielo, entonces será necesario usar la sierra de mano.
Para armar un bloque, marca en el suelo un espacio de 2 x 4 palmos, córtalo usando la pala y, antes de levantar el bloque, compacta la nieve.
4. Coloca los bloques para formar las paredes
Coloca los bloques de nieve cortados alrededor del habitáculo para levantar las paredes. Toma en cuenta que el círculo, a medida que la pared gana altura, debe irse cerrando. En la construcción tienes que seguir una espirar, a la que vas colocando los bloques.
A pesar del tamaño recomendado en el apartado anterior, en realidad los bloques pueden ser más grandes. Si este es el caso, se terminará el proceso más rápido. Sin embargo, los manuales esquimales para construir un iglú recomiendan que los bloques más pequeños sean los que se encuentren en la base de las paredes y los más grandes más cerca del techo.
Ahora bien, en la práctica todo sirve. En realidad, lo más importante es que los bloques sean del tamaño más regular que puedas.
Importante, ¡la puerta!
Obviamente, mientras levantan las paredes, tú y tus compañeros deben dejar un hueco que sirva de puerta al iglú. Más abajo encontrarás más detalles sobre esto. En esta etapa, solo cuida que el hueco que será la puerta debe estar a sotavento —al abrigo de los vientos predominantes—.
5. Cubre los huecos entre los bloques y suéldalos
Ya que con seguridad los bloques tendrán irregularidades, es necesario cubrir los espacios entre ellos con nieve.
Obviamente, la nieve que coloques en esos huecos estará suelta. Tendrás que compactarla, frotando el resquicio y la pared con las manos. Esta etapa también cumple otra función, la de soldar los diferentes bloques entre sí, de modo que la pared sea más sólida.
6. Completa la bóveda del iglú
Esta es la parte más delicada del proceso de cómo construir el iglú. En la práctica, será necesario que algunos compañeros se encuentren dentro del habitáculo y otros estén fuera para colocar los bloques de nieve de forma correcta.
Además, será necesario que el grupo de afuera sostenga los bloques de hielo mientras el grupo del habitáculo rellena los huecos y va soldando los bloques entre sí para que la bóveda pueda sostenerse por sí misma. Ambos grupos tendrán que ir trabajando de forma coordinada hasta que puedan llegar a cerrar la bóveda del iglú.
Ten en cuenta que la bóveda no debe quedar completamente cerrada, sino que debe haber un pequeño agujero para que puedan salir los gases que puede generar un hornillo o la misma respiración.
Puedes dejar deliberadamente sin cerrar uno o dos pequeños agujeros en la bóveda o cerrarlo todo y luego abrirlos con ayuda del piolet.
7. Construye la puerta del iglú
La puerta es la última parte del proceso de construir un iglú. La ubicación de la puerta no se puede dejar al azar. Esta debe estar a sotavento, es decir, no debe estar en una dirección que permita al viento entrar directamente al iglú.
Para evitar la entrada accidental de viento, la puerta no puede ser simplemente un agujero en un lado específico del iglú. Es necesario colocar bloques a los lados para formar un pequeño túnel que aísle del viento la entrada del iglú.
8. Aísla el iglú
Con el iglú terminado, ahora queda únicamente aislarlo para evitar que tú y tus compañeros pierdan calor. Para ello es necesario llevar a cabo 2 operaciones bastante simples.
En primer lugar, cubre la puerta con las mochilas para reducir todo lo posible la entrada de aire frío al iglú.
En segundo lugar, cubre el suelo del iglú con una (o varias) esterillas. Si no tienes esterillas suficientes, puedes usar las cuerdas, la ropa o las mochilas que no se estén usando para cerrar la puerta del iglú.
Otro consejos adicional para mantener el calor es que tú y tus compañeros duerman pegados, preferentemente en el centro del iglú. El contacto inconsciente de la piel con las paredes durante el sueño puede hacerte perder calor durante la noche.