Desconectar para conectar: Un viaje cinemático por los Pirineos
Vivimos en un mundo lleno de caos y crispación. Cada día parece una lucha constante entre lo que nos dicen que debemos hacer y lo que realmente queremos. Es por eso que, en medio de toda esta agitación, es vital encontrar momentos de libertad, de felicidad y de reconexión con uno mismo.
La rutina, las redes sociales y el ruido constante de la vida moderna pueden alejarnos de lo que verdaderamente importa. El mundo es más increíble de lo que creemos, solo necesitamos explorar e ir más allá. Y qué mejor lugar para hacerlo que los Pirineos.
Hace un par de meses decidimos desconectar e ir a explorar los Pirineos. Gran parte de nuestro viaje lo pasamos en el Pirineo Aragonés, y sinceramente, fue una experiencia que no olvidaré. Aunque el tiempo no siempre acompañó y hubo mucha lluvia y viento, los paisajes eran igualmente impresionantes. Al final, eso también forma parte del viaje y te hace sentir vivo. Así que, a pesar de todo, nos sentimos encantados y afortunados de ser parte de ese lugar, aunque solo fuera por un instante. Como curiosidad, llovió tanto que se nos hicieron goteras dentro de la camper. Se nos mojó bastante ropa y hasta los drones. En su momento fue un pequeño desastre, pero ahora lo recuerdo como una anécdota curiosa y hasta divertida.
Para mí, como filmmaker, compartir lo que siento y las experiencias que he vivido es algo esencial. No me gusta simplemente grabar imágenes de los lugares que visito, quiero transmitir lo que significaron para mi. Es por eso que decidí crear un vídeo sobre los Pirineos, no solo para mostrar sus paisajes, sino para compartir una profunda reflexión sobre el mundo en el que vivimos hoy en día. Para mí, viajar no se trata solo de recorrer nuevos destinos, sino de sumergirse en ellos, de sentirte parte de su esencia y de reflexionar sobre lo que realmente importa en la vida. Al final, lo que buscamos no son solo los lugares, sino las experiencias y las emociones que nos conectan con el mundo que nos rodea.
Pirineo Aragonés, una joya de la naturaleza
En el vídeo os muestro algunos de los lugares más impresionantes que visitamos: desde el temporal que sufrimos en Aguas Tuertas y el Ibón de Acherito, hasta la majestuosa ruta del Ibón de Piedrafita, que sin duda fue mi favorita del viaje.
También recorrimos Canfranc y el Valle de Tena, haciendo paradas en pueblos como Lanuza y Biescas, cuyas calles y paisajes parecían sacados de una película. Pero si tuviese que quedarme con un solo lugar, sin duda elegiría la ruta del Ibón de Piedrafita. El recorrido nos llevó a través de paisajes realmente impresionantes, y el final, con el lago y el Ibón de fondo, fue una auténtica maravilla.
Durante la ruta del Ibón de Piedrafita, nos encontramos con lluvia, viento… y, al final, salió el sol. Gracias a eso, pudimos disfrutar del arcoíris, colores impresionantes y ver el Ibón majestuoso, con las nubes coronando la cima. Además, tuve la oportunidad de levantar el dron, y para nuestra sorpresa, descubrimos que el lago que se encuentra a los pies del Ibón tiene forma de corazón.
En los seis días que pasamos recorriendo los Pirineos, pudimos ver con nuestros propios ojos que cada rincón es absolutamente mágico. Una vez allí, comprendes que explorar no es solo descubrir nuevos lugares, sino también adentrarte en lo más profundo de ti mismo. La naturaleza en los Pirineos es pura, salvaje y ofrece una experiencia que va más allá de las palabras.
Nos quedaron muchos lugares por descubrir, pero eso es algo bueno, porque significa que tenemos que volver. ¡Y sin duda, tenemos muchas ganas de regresar y seguir explorando este magnífico lugar!
¿Qué hay detrás de estos vídeos y de estos viajes?
Para mí, algo que realmente me apasiona es compartir lo que siento y las experiencias que me inspiran. Creo firmemente que, a través de nuestras historias, podemos conectar con los demás y, de alguna manera, ayudarnos mutuamente a ver el mundo con otros ojos. Por eso, decidí crear este vídeo sobre nuestro viaje por los Pirineos, con este mensaje tan concreto.
Detrás de cada vídeo hay mucho más trabajo, esfuerzo y dedicación de lo que puede parecer a simple vista. No se trata solo de llegar al lugar, sacar la cámara o el dron y comenzar a grabar; hay muchas horas de planificación previas. Desde escribir el guion o la voz en off, elegir las localizaciones y las tomas que queremos capturar, cada paso es fundamental. Cada imagen representa horas de trabajo, y, en ocasiones, muchos momentos de incertidumbre.
Para realizar este vídeo, me llevé dos drones: el DJI Air 3 y el nuevo DJI Air 3s, que me sorprendió muy para bien. Ambos drones aguantaron el viento y la lluvia como verdaderos guerreros. Y es que grabar con dron en condiciones de tanto viento o lluvia puede ser frustrante y, a veces, desesperante. Por ejemplo, para grabar las tomas andando en el Ibón de Piedrafita, hubo ocasiones en las que tuvimos que esperar bajo la lluvia varios minutos hasta poder lanzar el dron.
En otras, el diluvio nos sorprendió con el dron ya en el aire. Y no faltaron momentos en los que tuvimos que hacer decenas de intentos para conseguir la toma perfecta. ¡Un auténtico desafío! Cuando aterrizábamos, teníamos que secar el dron rápidamente porque estaba empapado, goteando a chorros. Pero, la verdad, todo eso me encanta. Lo disfruto mucho, y todo ese esfuerzo hace que el vídeo sea aún más satisfactorio cuando lo veo terminado. Importante comentar que todos los vuelos con dron están hechos fuera de Parque Nacional, ya que en Parque Nacional no están permitidos los vuelos con drones.
Ya tenemos el guion, todas las tomas… ¡y ahora llega uno de mis momentos favoritos: la edición!
Revisar todo el material, elegir las tomas que realmente valen, escoger la música (puedo estar días o incluso semanas buscando la canción perfecta), ajustar el color, grabar la voz en off, añadir efectos de sonido… La postproducción es como un rompecabezas: cada pieza tiene que encajar a la perfección para crear una historia que fluya, inspire y tenga sentido.