Gorges de Carança
Una emocionante y divertida opción para recorrer en el valle pirenaico de Carança es el camino equipado Les Gorges de la Carança. Es un sendero circular que discurre a gran altura a través de puentes, pasarelas y cornisas excavadas en la roca.
Los grandes atractivos naturales del valle de Carança han sido defendidos por el aislamiento que le ha proporcionado su peculiar disposición geográfica, por abajo con las profundas gargantas del río y por arriba con la espectacular cadena montañosa plagada de bosques, cumbres y lagos.
Cómo llegar
Cruzando la frontera en Puigcerdà hay que tomar la N-116 en dirección Saillagouse, empezando el descenso hacia el puerto de montaña. Se pasa la fortificación de Mont-Lluis, Sant Thomas les Bains y Fontpedruse.
Al llegar a Thués-entre-Valls, se encuentra un aparcamiento, especialmente acondicionado para los visitantes de las Gorges de la Carança.
Recorrido
Es una ruta que no posee mayor dificultad, apta para realizarla con niños y en cualquier época del año. Sin embargo, se recomienda el uso de calzado cómodo, ya que en ocasiones el recorrido se hace en tramos escarbados en la pared. También es conveniente estar pendiente de las condiciones climatológicas del día elegido para la excursión.
El camino inicia cruzando el puente de madera en el aparcamiento, dejando la entrada de Las Gorges a la izquierda. El recorrido asciende, dejando a la vista Thués y el río Tet, hasta entrar al camino escarbado en la pared.
En este tramo, que se encuentra a gran altura, un cable de seguridad lo recorre, en el cual además se podrá apoyar o sostener el caminante. La senda continúa con su recorrido junto al río. Pasarelas y puentes aparecen entre los árboles y sorprenden a los excursionistas.
En total, cuatro puentes y cuatro pasos escarbados en la pared completan el recorrido, que llevará en total unas cuatro horas entre la ida y la vuelta. En épocas veraniegas, las aguas tientan a darse un refrescante chapuzón.
Refugio
El refugio de Carança es pequeño y se suele llenar rápidamente. Pero los excursionistas tienen la opción de dormir bajo techo, alquilando una tienda de campaña.
Los excursionistas que han realizado el sendero, lo recomiendan en su mayoría por la agreste belleza que posee. Asimismo, aconsejan llevar alimentos y bebidas, para pasar el día con comodidad y aprovechar el aire libre.
El tren amarillo
Para conocer más a fondo la región, los visitantes cuentan con los servicios del tren Jaune, o Tren Amarillo. Construído a principios de siglo para comunicar a los altiplanos catalanes, tiene un recorrido de 63 kilómetros a lo largo de espectaculares paisajes.
El Tren Amarillo sigue el valle del río Têt desde Villefranche-de-Conflent y luego cruza la Cerdaña desde Mont-Louis hasta Latour-de-Carol, superando mil 200 metros de desnivel hasta llegar a la estación Bolquère.
Su construcción empezó en 1903. En 1909 se produjo un trágico accidente que provocó la muerte de varias personas, entre las que se encontraba el ingeniero Gisclard. El puente Gisclard, de 222 metros de longitud y de 80 metros de altura, le rinde homenaje con su nombre.