Una planta de energía en Islandia convierte el CO2 en roca
40 billones de kilogramos. Es mucho peso, ¿verdad? Esa es la cifra de kilogramos de dióxido de carbono que se producen y se emiten mediante las actividades que los humanos realizamos. El mal que los humanos estamos haciendo al medio ambiente va creciendo. Por ejemplo, los gases liberados por los automóviles están agravando el problema. En consecuencia, el efecto invernadero está aumentando la temperatura global. En consecuencia, se está viendo que va a ser complicado cumplir con el acuerdo sobre el cambio climático de París, que exige que la temperatura global crezca como máximo 1.5 o 2 grados hasta el final del siglo.
Sin embargo, existe un movimiento con gran respaldo que trabaja con insistencia para reducir esas emisiones de CO2. El esfuerzo humano unido con los avances tecnológicos está permitiendo que la lucha de frutos, y se inventen tecnologías que hace poco eran indispensables. El interés de algunos millonarios emprendedores como Bill Gates y Edgar Bronfman, ha hecho que se hayan creado más empresas que traten este tema. Cabe mencionar la empresa suiza Climeworks que está trabajando a favor de la sostenibilidad del planeta. Uno de los avances que han hecho se encuentra en Islandia, y a continuación podrás conocer más acerca de ello.
La planta en Islandia con emisiones negativas.
En Islandia se encuentra la única planta de energía en el mundo, que tenga una emisión de CO2 negativa. Se encuentra a veinticinco kilómetros de Reykjavik, concretamente en Hellisheidi. Aparte de no emitir gases contaminantes, en esta planta geotérmica se capturan los gases para evitar que salgan a la atmósfera. Cabe destacar que todavía la planta está en prueba, y solo es capaz de evitar la contaminación de 50 toneladas; cifra similar a la que un hogar en los Estados Unidos contamina al año. Que la iniciativa aún esté en una prueba piloto se debe principalmente a dos razones. Por una parte, su elevado coste. Por otra parte, que hasta la fecha no todos los científicos estaban de acuerdo con el rumbo a tomar. Había muchos que confiaban en controlar las emisiones de gases contaminantes, pero la situación ha exigido más medidas urgentes. Esta novedosa tecnología abre la puerta a un nuevo panorama para luchar contra el cambio climático, y funciona de la siguiente manera.
¿Cómo funciona?
Esta máquina captura las moléculas de dióxido de carbono que están en el aire, como si de unos árboles tratasen. Es conveniente que se encuentren cerca de empresas o fábricas contaminantes. La razón por esta cercanía es sencilla de entender con el siguiente ejemplo: si tenemos en una bolsa diez gominolas, una de ellas es un corazón y nosotros lo queremos comer, es relativamente fácil poder encontrarlo. Sin embargo, si lo dejamos escapar y que se mezcle con miles y millones de chuches, el poder capturarlo se complicará mucho. Así, si estas máquinas se colocan cerca de las fábricas que contaminan, el proceso será más sencillo, y en consecuencia más barato económicamente hablando. En consecuencia, en Islandia se está haciendo la prueba en una planta de geotermia, en donde las emisiones de dióxido de carbono son cercanas al 3%. Y seguro que ahora te estás preguntando, qué se hace con esas partículas de dióxido de carbono capturadas. La planta que se está probando en Islandia también tiene solución para ello.
¿Qué hacer con el CO2 capturado?
La técnica explicada de una manera simple, consiste en meter todas las partículas en rocas, y así almacenarlas. En un estudio que algunos científicos realizaron en 2016, comprobaron que el dióxido de carbono se mineraliza al tener contacto con algunas rocas basálticas. Normalmente, estas rocas se encuentran en los fondos oceánicos y es muy costoso poder llegar a ellos. Sin embargo, la geología única de Islandia permitió acelerar considerablemente el proceso. En consecuencia, las partículas de CO2 que antes mencionábamos, terminan encerrados dentro de los minerales bajo tierra. La roca basáltica es muy abundante en la tierra, por lo que si esta tecnología prosperara, se evitaría la contaminación de muchas décadas. Además, las partículas una vez estén mineralizadas,nunca podrán ponerse en contacto de nuevo con la atmósfera.