Durandarte

Continuamos con la publicación de los microrrelatos de la primera edición del concurso: Relatos de Altura, os dejamos disfrutar con «Durandarte», de David Carreres Lacasa.

Durandarte

·por David Carreres Lacasa·

Cuando dejamos atrás el refugio de Góriz, todo el mundo pensó que nos dirigíamos a la cima del Monte Perdido por la cara sur. Cuando digo todo el mundo, me refiero a otros dos grupos de aventureros con los que habíamos compartido algunas batallitas y tres rondas de cervezas la noche anterior. Sin embargo, intuyo que nuestras ropas y maneras nos habían delatado ocho horas antes.

Tomamos dirección noroeste atravesando el barranco de Soaso y tras dejar la faja Luenga nos encaminamos hasta el collado de Millaris. Después de vadear algunos neveros y ascender por paisajes de hielo y roca, llegamos al paso de los Sarrios, donde colocamos como pudimos una cadena anclada a la roca.

Al fin, llegamos a la brecha que mi padre abrió con su espada Durandarte para que no cayera en manos enemigas.

Quiero pensar que mi tío abuelo Carlomagno estaría orgulloso de todos nosotros.

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