Cuando los obstáculos se convierten en aventuras. Ruta de Packrafting en el embalse de Benagéber
¿Cuál es la reacción habitual al encontrar un obstáculo en la aventura que tengas entre manos? Tendemos a pararnos, replantear objetivos y bueno, según el tipo de obstáculo que sea, pues darnos la vuelta y encontrar otro camino, para seguir disfrutando, ¿verdad?
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Añadiendo los obstáculos a la aventura.
Gracias al concepto del packrafting (que ya va dejando de ser un concepto para ser una realidad en la actividad de montaña y medio natural), podemos plantear el obstáculo que se pueda presentar, en este caso como masa de agua ya sea un río, un embalse, lagos, etc. como una parte importante de la aventura.
En la planificación de nuestras actividades solemos dar rodeos a estos pequeños problemas que ahora se van a convertir gracias al packrafting en una parte importante de la diversión, la aventura y por qué no, la exploración de aquellos límites que solíamos evitar hasta este momento.
Tras investigar las posibilidades, hace unos meses, de la mano de Rowild Packraft nos lanzamos a explorar en un par de jornadas intensas y realmente divertidas un embalse de la zona del Mediterráneo. El embalse de Benagéber fue la elección, sabiendo que haríamos noche de vivac en uno de los brazos del propio pantano y con la intención de hacer una bonita circular para conocer senderos locales menos frecuentados justamente por eso, por la presencia de un obstáculo.
¡Packraft a la espalda, zapas puestas y a disfrutar!
Lo maravilloso de esta nueva añadidura al mundo del senderismo y de la actividad en el medio natural es que, gracias a su increíble ligereza y versatilidad, podemos llevar en nuestra mochila de aventuras una balsa de rafting con todas las de la ley. Capaz de soportar los rigores de rápidos, vientos y diferentes condiciones con una gran estabilidad y confort.
Caminamos unos cientos de metros hasta alcanzar la orilla del embalse desde el parking y desde allí, directamente a inflar el packraft con todo el material de vivac en su interior repartido y a remar unas cuantas horas disfrutando del paisaje, la quietud y rincones completamente solitarios. Y un poco de lucha contra el viento, a quién vamos a engañar.
El disfrute de la paz de saberse en medio de la nada entre montañas y bosques, flotando, es algo que roza lo mágico. Te sientes liviano y la sensación de relajación y evasión es casi instantánea, en el momento en el que dejas de remar para apreciar lo que te rodea.
Rincones allí, islotes allá hasta que cae la noche, sacamos los packrafts del agua y preparamos la noche del vivac en un pequeño bosque que nos salvaguarda ligeramente de la humedad reinante y a su vez nos permitirá disfrutar de una cena de estrella Michelín y una noche bajo una bóveda celeste de cuento. Eso sí, el cansancio se nota y caeremos rápido. La mañana que nos espera, promete.
Decidimos investigar un poco más arriba del pantano en vez de dirigirnos al sendero que teníamos pensado previamente y es que eso es lo maravilloso de este tipo de nuevas opciones de actividad. Que abren puertas a actividades antes impensables.
Una de las acciones que caracterizan a Rowild Packraft es el compromiso medio ambiental y nos entristecemos enormemente al comprobar la cantidad de restos de plásticos y basura en lugares que deberían ser idílicos. Gracias al poder acceder a estos puntos, podemos confirmar y constatar la necesidad de recoger lo máximo posible y anotamos para próximas acciones de limpieza. Aventura, sí. Compromiso, siempre. Llegar e irse sin dejar rastro y si lo encuentras, pues que no quede ahí, básicamente.
Zarpamos de camino al sendero y tras recoger los packrafts en nuestras mochilas, iniciamos el pateo para completar la ruta circular diseñada y descubrir nuevos rincones. Siempre con el track cargado correctamente en nuestros GPS y habiendo informado de la ruta a seguir, por si había cualquier tipo de problema.
15 kms de caminar entre bosques de pinos, buitres sobrevolando nuestras cabezas, riachuelos y casas de campo olvidadas desde hace décadas. Incluso estuvimos a puntito de ser atropellados por unos cuantos corzos que por allí andaban haciendo su vida diaria sin saber que unos humanos habían aparecido en sus terrenos. Ni pararon a preguntar si nos habíamos perdido. Normal, esto.
Alcanzando un barranco, empezamos el descenso por un nuevo sendero en desuso que nos llevaba de vuelta al embalse para conectar los últimos 4 kilómetros de remo hasta el coche. Encontramos que esa ruta que estamos por finalizar es una maravilla para acciones posteriores con otros amigos puesto que hay múltiples fuentes naturales y áreas donde poder vivaquear, en caso de querer hacer dos noches y explorar más extensamente las posibilidades del embalse. ¡Genial! Tomamos nota mental y hacia el último tramo.
Sudados, cansados y emocionados tras la experiencia, somos conscientes de que las posibilidades empiezan a ser casi infinitas. Desde calas o circunnavegaciones a islas hasta la exploración glaciar y navegación de ríos de aguas bravas en múltiples jornadas de aventura.
Preparados, listos, ¡ya! ¿Dónde te atreverías a llevarte el packraft en una salida de varios días?
Estamos deseando sumar ideas nuevas a la lista de las que ya tenemos. ¡Que no es pequeña!
¡Nos vemos en los senderos! ¡O en el agua, ya puestos!