Rutas verdes y turismo de naturaleza en Vitoria-Gasteiz
Alzando la mirada sobre la balsa de Salburua, y los cañizos que rodean al humedal, te percatas de que estás en la propia ciudad. «¿Y esto aquí?», te preguntas. Salburua es uno de los ecosistemas naturales que conforman el anillo verde de Vitoria-Gasteiz; la naturaleza que abraza a la ciudad y que le da oxígeno como si fuera un pulmón, verde éste. Vitoria-Gasteiz es una de las ciudades más verdes de Europa, la Green Capital, con un Casco Viejo medieval totalmente peatonal y lleno de historia, dentro de un entramado natural que le da vida, y que representa un sinfín de posibilidades para el visitante ávido de aventuras en el outdoor. Sin olvidar los alrededores de la Llanada Alavesa, donde se sitúa la ciudad, cuando las laderas se empinan hacia los Montes de Vitoria, la cima del Gorbeia, la sierra de Entzia o el Aizkorri, y que representan un terreno de juego espectacular para los que busquen actividades al aire libre más exigentes.
Cuando en 2012 Vitoria se convirtió en ‘green capital‘ de Europa —en 2019 se le sumó el de ‘global green city‘—, culminaban los esfuerzos de más de treinta años de iniciativas y proyectos, de respeto y compromiso con el medio ambiente y de políticas de desarrollo sostenible. Vitoria-Gasteiz es un modelo de ciudad verde, y eso lo disfrutan hoy día a día los vecinos y vecinas, y los visitantes que llegan atraídos tanto por su oferta histórica, cultural y gastronómica como por los tesoros naturales de la capital verde y sus alrededores. Puedes descubrir las joyas naturales del entramado urbano a golpe de pedal.
La ciudad se encuentra enclavada en un entorno ambiental privilegiado. Y eso lo saben en VG Sport, «Intentamos promocionar el destino de Álava como un terreno de juego ideal para practicar actividades al aire libre y de naturaleza, pivotando desde la capital, fomentando la actividad económica de las empresas y generar nuevas oportunidades para ellas», Gustavo Alegria nos cuenta como la asociación agrupa a empresas de turismo en todas sus facetas. «Aquí tienen cabida todos, por qué no va a formar parte la empresa de autobuses que se encarga de transportar las bicicletas en la vía verde del Vasco-Navarro, o el catering que prepara los almuerzos o la empresa que se ha especializado en prepararte el café al aire libre». Los enclaves naturales surgen de la propia urbe, y favorecen el disfrute gracias a un sinfín de actividades y experiencias en pleno aire libre. Como la observación de aves —birding— en los propios parques urbanos de la Florida o de San Juan de Arriaga, o en parques periurbanos como las lagunas de Salburua. Puedes partir del Centro de Interpretación de los Humedales de Salburua, Ataria, y visitar las lagunas rodeadas de prados húmedos, choperas y un pequeño robledal, verás aves acuáticas a lo largo de todo el año. Además, Vitoria-Gazteiz cuenta con una extensa red de carriles bici —bidegorris— de más de 135km, que se complementa con el Anillo Verde perimetral que permite circunvalar la ciudad en un disfrute total para los amantes de las dos ruedas, con alternativas muy interesantes para realizar en familia con los más pequeños. Los más exigentes pueden acometer la Gran Ruta que recorre la Llanada Alavesa uniendo otros itinerarios como el Vasco-Navarro, la vuelta al embalse de Ullibarri o el Camino de Santiago. Y si lo tuyo son los deportes acuáticos, el kayak, el windsurf, el Embalse Ullíbarri-Gamboa a 25 minutos de la ciudad será parada obligatoria. También podrás realizar vuelos en globo o parapente, ir al bosque natural de Armentia —en el propio anillo verde— y realizar un paseo reparador que termine con una sesión de yoga. Y si lo tuyo es ir a pie y practicar senderismo o marcha nórdica, el Anillo Verde dispone de más de 90 km de sendas, con las campas adehesadas de Olarizu y el Jardín Botánico, lo Humedales de Salburua o el bosque de Armentia.
Anillo Verde: un abrazo natural a la ciudad
El Anillo Verde es un corredor eco-recreativo que enlaza parques periurbanos. Surge en los años 90 como modo de restaurar la periferia de Vitoria-Gasteiz y hoy es reconocido por su alto valor ecológico y también por ser un lugar para el ocio, el paseo y la realización de actividades al aire libre. Puede recorrerse íntegramente en un itinerario circular de más de 30 km, la Vuelta al Anillo Verde, o quedarnos en alguno de sus parques y disfrutar de alguna actividad. Se han creado productos estructurados como Walking&Running o de Nordic Walking, que buscan fomentar la actividad deportiva en estos entornos, así como otras actividades como la btt o actividades ecuestres o de turismo familiar. Asimismo su alto valor natural y paisajístico se ha utilizado para su interpretación en educación ambiental, con huertas ecológicas, observación de aves y el Centro de Interpretación de Ataria o la Casa de la Dehesa de Olarizu. Como podéis imaginar es un lugar o lugares ideales para disfrutar con los más pequeños, a la vez que se forman en el respeto y protección del medio ambiente. (Ver el folleto de espacios naturales del Anillo Verde)
Situado a tan solo 3 km del centro, un paseo a través del bosque natural de Armentia te aleja en un instante de la ciudad. Puedes comenzar un paseo en el parque de la Florida para seguir por el paseo de La Senda, que recorre las principales mansiones de principios del s XX y luego dirigirte a la basílica románica de San Prudencio. Y ahora ir adentrándote en el bosque por uno de los caminos preparados. En una ruta de 4,5 km y 1 hora de duración recorrerás entre árboles este reducto natural, acercándonos a los Montes de Vitoria, para volver en nuestro caminar, y salir de vuelta a la ciudad. Un paseo ideal para los más pequeños.
Salburua es uno de los humedales más valiosos del País Vasco, al pie de la urbe, con una gran variedad de aves acuáticas, ciervos, y donde habitan especies en peligro de extinción como el visón europeo y la rana ágil. En su día se drenó para utilizar las tierras en cultivo, ahora recuperado es un oasis natural. En el epicentro se encuentra el Centro de Interpretación de la Naturaleza Ataria. Podemos recorrer todo el perímetro, y merece la pena hacerlo sin prisa, disfrutando de todos sus vericuetos. Podremos realizar dos rutas o perdernos con los prismáticos y «echar la tarde» viendo aves. Hay dos miradores en lugares estratégicos donde se pueden observar aves acuáticas y ciervos. La Ruta 1 nos llevará en 2,4 km (40 min) a recorrer la Balsa de Arcaute, Los observatorios ornitológicos, el Bosque de Arcaute y los prados húmedos y La laguna de Larregana. La Ruta 2, en 4km (1 hora) discurre por la Balsa de Betoño, La chopera , Balsa de Duranzarra o Las campas de Salburua). Ambas rutas por caminos firmes, para todos los públicos, incluso a prueba de carritos y sillas de ruedas.
A los pies del cerro de Olárizu, se extienden campas adehesadas con una magnífica panorámica de la ciudad. Aquí se ubica el Jardín Botánico de Olarizu o las Huertas ecológicas, donde se realizan actividades relacionadas con la horticultura ecológica, la jardinería y la fruticultura. Un paseo urbano de 4km (1 hora) recorre los lugares más interesantes.
Embalse de Ullibarri Gamboa: agua y vida para los alaveses.
En la península de San Juan (Punta San Juan) el aire arrecia, escupiendo alguna gota de agua, mientras el café caliente atempera el cuerpo. Los chicos de Amatter Café manejan el hornillo y todo el instrumental de filtro y goteo, como si de alquimia cafetera se tratara. Al frente unas vistas espectaculares de la Isla de Zuaza.
Llegar a la punta de San Juan puede ser una preciosa excursión familiar (ver track). Partiendo del vial antes de llegar a la presa del embalse, luego pista, por la que accederemos al puente pasarela de la presa. El camino pasa a pista y vamos siguiendo la ruta verde del embalse, con cuidado de dejarla para coger la senda (a izquierda) que asciende a la península de San Juan.
El embalse de Ullibarri Gamboa podemos decir que es la costa de Alava, con playas interiores reconocidas con bandera azul como la de Landa o Garaio. Esta superficie de agua es lugar de esparcimiento para los alaveses, en la que se puede desde practicar actividades acuáticas como kayak, remo, windsurf o paddel surf, a otros deportes en las orillas, como el senderismo o la btt. Existe una ruta que circunvala al embalse, la Vuelta al Embalse de Ullíbarri-Gamboa (ver track), un recorrido circular de 44 km y 100m de desnivel que podemos realizar en unas 5h a pie. Atravesaremos pasarelas, disfrutaremos de panorámicas espectaculares en el perimetral del embalse. Existe una ruta familiar más corta de 13 km y 25 m de desnivel, que recorre en aproximadamente 1 hora y media a pie la parte sur del embalse y que se conoce como la Vuelta al humedal de las colas del embalse (ver track). Ambas rutas se pueden realizar tanto a pie como en btt.
En bicicleta: anillo, vía verde, una Gran Ruta e incontables kilómetros de carril bici
Vitoria-Gasteiz , La Llanada Alavesa, se encuentran en una zona llana surcada por una red de itinerarios y rutas para cicloturistas y amantes de la btt —en tan sólo 15 minutos podemos esta bajo un hayedo espectacular en los Montes de Vitoria—. La Vuelta al Anillo Verde (30km) rodea a la ciudad, accesible desde cualquier punto, y enlace con otras rutas como la vía verde del Vasco Navarro, la Colada de Peña Betoño, los Montes de Vitoria, etc, es un itinerario ideal para recorrer en bicicleta, por tramos o íntegramente. De dificultad media-baja, es muy interesante para realizar en familia, aunque también será la delicia de los deportistas más exigentes. Transitaremos por zonas forestales en los parques de Zabalgana y Armentia, por zonas más urbanas en los barrios periféricos de la ciudad, por lugares de interés natural y cultural. Puedes seguir la dirección contraria a las agujas del reloj, y recorrer los parques de Salburua, Zadorra, Zabalgana, Armentia, Olarizu y volver a Salburua.
La Vía Verde del Ferrocarril Vasco-Navarro recorre el antiguo trazado del tren de vía estrecha que unía Estella-Lizarra con Bergara pasando por Vitoria-Gasteiz, el llamado «el trenico». Esta vía verde, con sus 123,5 km recuperados, nos llevará a recorrer un trazado sugerente a través de la Llanada Alavesa, la Montaña Alavesa y Tierra Estella, entre llanos de cereal y montañas, gargantas y ríos. En dirección Bergara, la vía atraviesa la Llanada alavesa entre paisajes agrícolas para cruzar un puente sobre el río Zadorra, una pasarela y un paso inferior a la autovía, así llegamos a Durana y la vía continuará por carril-bici hasta el antiguo apeadero de Retana. Ésta etapa en ligero ascenso, en las inmediaciones del Embalse Ullíbarri-Gamboa, nos llevará hasta el puerto de Arlabán, en el límite de Álava y Gipuzkoa. Hacia el Sur de Gasteiz, dirección Estella-Lizarra, la vía atraviesa la parte oriental de la Llanada Alavesa, podremos acercarnos al Santuario de Nuestra Señora de Estíbaliz, con su apeadero. Iremos alcanzando los pueblos de Otazu, Aberásturi y Andollu, a medida que nos adentramos en la parte más rural de la Llanada. Nos toparemos con el GR 38 «Ruta del Vino y el Pescado». En las proximidades de Gauna compartiremos trazado con el GR 25 «Vuelta a la Llanada Alavesa». En ascenso más pronunciado continuaremos hasta el Túnel de Laminaria. Este suele ser punto en el que volveremos hacia la capital alavesa o en el que los más intrépidos continuarán camino de Estella. El Túnel actualmente no se encuentra transitable, por lo que deberemos ascender por las montañas hasta el Puerto de Gereñu y de ahí acceder a Maestu. Los que continúen hacia Lizarra atravesarán parajes de gran interés natural, como el Parque Natural de Izki, descendiendo suavemente hasta Santa Cruz de Campezo. Antes de llegar a Acedo atravesaremos el destacable viaducto de Arquijas y el túnel de Acedo. Luego discurriremos paralelos al río Ega a la que nos acercamos a la monumental y jacobea Estella-Lizarra. Su dificultad medio/baja convierten a la Vía Verde del Vasco-Navarro en una ruta ideal para hacer en familia, a pie o en bicicleta.
Quien quiera recorrer la Llanada Alavesa en toda su extensión, que coja la bicicleta de montaña y unas alforjas y que siga las marcas de la Gran Ruta con ganas de descubrir rincones maravillosos. Partiendo del Centro de Interpretación de Ataria podemos comenzar esta ruta cicloturista circular que aprovecha el trazado de otras rutas para proponernos 117 km de aventura; Anillo Verde, trazado del antiguo Ferrocarril Vasco-Navarro, Vuelta al Embalse de Ullibarri-Gamboa, Camino Real de las Postas, Camino de Santiago y, de nuevo, Vía Verde del Vasco-Navarro con el ramal de Estíbaliz. Una ruta para todo tipo de público que podemos realizar en 2 o tres días, como mejor nos convenga, aprovechando las localidades intermedias de Maturana, Narbaiza, Araia, y Agurain-Salvatierra.
A pie: una llanada rodeada de montañas
Una Llanada rodeada de montañas, un sinfín de posibilidades para el senderista y montañero, que podrá elegir el grado de dificultad y exigencia que se mejor se le adapte. Vitoria-Gasteiz está rodeada de espacios naturales como los Parques Naturales de Gorbeia, Aizkorri Aratz e Izki. Alcanzar la cima del Gorbeia, con 1482 metros de altitud, y contemplar la Cruz, es referencia del montañismo vasco. También popular entre las ascensiones de la zona es la del Aizkorri (1523 m), con su ermita en la cima rocosa, una atalaya vertiginosa sobre la vertiente N. Para realizar excursiones a pie, el Parque Natural de Izki es una fiesta para los sentidos. El río Izki corre a través de un bosque de Quercus pyrenaica, el mayor de Europa, bordeado de montañas, con la cota más alta en el Monte Kapildui (1176 m).
La zona está recorrida por Grandes rutas como el Camino de Santiago del interior, recuperado en 1994, que atraviesa Gipuzkoa y Álava en 7 etapas (días) en un paisaje heterogéneo que te llevará desde la costa y bosques húmedos a llanadas interminables, como la que rodea a la ciudad de Vitoria-Gasteiz. En la época romana fue uno de los ejes de comunicación del norte peninsular. Otra ruta que atraviesa la Llanada Alavesa es el GR 38, Ruta del Vino y del Pescado, que atraviesa Euskadi de sur a norte, utilizada antaño por arrieros, su calzada alberga todavía el aroma de las mercancías que por ella circulaban. De los puertos de la costa, de Bermeo , Ondarroa y Lekeito partían los carreteros con las mulas cargadas de pescado fresco y en salazón rumbo al interior, y volvían de vuelta con trigo, sal, vinagre y vino. Otra gran ruta que surca la Llanada es la del Camino Ignaciano. El embalse de Ullibarri Gamboa como hemos reseñado antes, es un lugar ideal para hacer senderismo con los más pequeños, los más ávidos podrán realizar la Vuelta al Embalse integra y disfrutar del perimetral de este corazón natural. El Anillo Verde es transitado a diario por los vecinos vitorianos en una rutina saludable, quién no se calza las zapatillas para hacer running o marcha nórdica. Ambas actividades están ganando año tras año más adeptos.
Maridaje gastro cultural en la Llanada Alavesa.
Una inmersión en la naturaleza y el aire libre que rodea a la ciudad de Vitoria-Gasteiz no sería completa si no disfrutamos de la cultura e historia del lugar. Isabel Mellén, de Álava Medieval, nos descubre las Pinturas de Gazeo y Alaitza. Sobre el ábside de ambos templos contemplamos las pinturas que durante siglos quedaron ocultas bajo una capa de cal, hoy joyas de la pintura medieval de todo el País Vasco. Con ojos novatos tratamos de descifrar las enigmáticas figuras laicas sobre el techo del templo de Alaitza. Una visita al Santuario de Nuestra Señora de Estíbaliz, completa el recorrido. 3 joyas del románico que pueden hacerse en bicicleta para completar de manera magistral el maridaje de cultura y deporte en la Llanada Alavesa. El día puede finalizar con el regreso a la capital para descansar, con la obligada visita a la Catedral de Santa María y el casco antiguo de Vitoria-Gasteiz, que nos teletransportará a la Vitoria medieval, entenderemos como fue creciendo la ciudad, un pequeño poblado al principio, para luego ir sucesivamente ampliándose, ya a los pies de la Catedral. La visita al templo se completa con una visita 3D, ataviados con unas gafas de realidad virtual, veremos como va variando la ciudad medieval y su muralla, a medida que la Catedral va cogiendo protagonismo.
Y si de una inmersión completa estamos hablando, no nos olvidaremos de la gastronomía del lugar. Uagalur nos presenta una muestra de productos locales, hortalizas, carnes, legumbres, vino, queso, aceite, artesanía…, gracias a los cuales bucearemos en platos —como los que hemos probado hoy gracias al Bar Toloño— que nos hablarán de lo natural, de lo tradicional y, al final, de la historia del lugar.