Expedición al Everest. Foto: Asma Al Thani
Expedición al Everest. Foto: Asma Al Thani

Sheikh Asma Al-Thani desafía las tradiciones de su país desde las montañas más altas

La alpinista Sheikh Asma Al-Thani pertenece a la familia real catarí, es decir, es parte de quienes lideran un país árabe sumido en tradiciones machistas, un país en el que las mujeres parecieran no estar hechas para cumplir grandes logros. 

Consciente de las tradiciones que la rodean, Al-Thani decidió subir el Everest como reivindicación, un intento de empoderar a las jóvenes de su región y una invitación a desafiarse a ellas mismas. 

Reivindicando la figura femenina un pico a la vez

Con el alpinismo no solo se ha propuesto reivindicar la figura femenina en su país y región, sino que a la vez resalta la importancia del deporte y la naturaleza.

«La abrumadora belleza de la naturaleza me humilla. Me hace darme cuenta de lo insignificante que soy y me muestra el poco control que tengo sobre cualquier cosa. Lo que me infunde más determinación para respetar y beneficiar lo que me rodea», escribió Al-Thani en su cuenta de Instagram, justamente en los días que estuvo en el Everest junto a un grupo.

Sheikh Asma Al-Thani no se propuso subir de un día para el otro el Everest, antes de esto había trabajado y hecho camino sobre otras grandes montañas y lugares. Antes de abril de 2021 en su lista de logros estaba el Polo Norte, Aconcagua (Argentina) y el Kilimanjaro (Tanzania).

Cada una de estas montañas son parte de su plan de escalar los picos más altos de cada continente, una tarea que seguramente se irá ampliando mientras va cumpliendo sus objetivos.

Un intento fallido que no la desvía del camino

Regresando a su intento en el Everest, se debe decir que no fue cumplido en su totalidad. Desde abril de este año, ella y otros compañeros, se establecieron en el campamento base, aclimatando y preparándose para la ascensión.

Un mes después la expedición tuvo que ser cancelada por las tormentas en el lugar que hacía que la nieve fuera más blanda y se generaban otros peligros como posibilidad de avalancha.

La cancelación de esta expedición no la hizo darse por vencida o desanimarse, a través de sus redes sociales deja muy claro que sigue visitando otros paisajes. Días después de informar que la ascensión se había cancelado, subió una foto en la que escribía: «Cree en él hasta que se manifieste para ti. No pienses demasiado en cómo sucederá, cuándo y dónde sucederá. Solo créelo. Cree en ti mismo. Permítelo».

Al final Al-Thani sigue promoviendo a mujeres, y también hombres, un mensaje de constancia ante dificultades, tengan estas relación a religión, orientación sexual, nacionalidad, color o clima.

Para ella con la montaña se crea un relación que va mucho más allá de las problemáticas sociales o salubres por las que pasa actualmente el mundo. Asegura que con el alpinismo se crea un conexión especial con el propio ser, con el propio cuerpo.

Al-Thani comenta que no quiere que termine ese momento justo en el que es escalador está en la montaña, subiendo paso a paso, viendo la inmensidad del paisaje.

La historia detrás de la familia real

Esta alpinista es diferenciada del resto por el contexto en el que creció. Destaca no solo por ser parte de la realeza, sino por el país en donde esa monarquía está establecido. Detrás de ella hay una historia familiar bastante interesante, lo que hace darle un mérito mayor a sus logros.

La familia Al-Thani ha gobernado Qatar durante 150 años. Según un reportaje publicado por la BBC este país es considerado uno de los problemáticos entre los países del golfo Pérsico. Naciones vecinas acusan a Qatar de apoyar a grupos terroristas, esto lo lleva a un conflicto diplomático con Arabia Saudita, Bahréin y Egipto.

La dinastía Al-Thani es la única figura de liderazgo que el país ha conocido desde su fundación en 1850. Los expertos en el tema afirman que es considerada una familia problemática para la región por cambiar constantemente a sus mandatarios, que aunque pertenecen a la misma familia no son todos del agrado para todos.

Originalmente los Al-Thani era una tribu sin demasiada relevancia vinculada a Arabia Saudita, ahora son uno de los grupos más reconocibles del continente.

Económicamente la familia se encarga de exportar gas natural, también cuenta con diversos negocios en otros continentes como Europa. Dentro del Reino Unidos son dueños de Harrods (lujosa tienda por departamentos), de grandes hoteles y de The Shard (rascacielos más alto de Europa)

Cuentan con participación en Canary Wharf (complejo empresarial) y compraron en 2012 la Villa Olímpica. Se dice que están interesados en los yacimientos de gas natural de Gales.

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