Pic du Midi d'Ossau. / Foto: Jon Ander (Unsplash)
Pic du Midi d'Ossau. / Foto: Jon Ander (Unsplash)

A propósito de “seguridad en montaña…”

Organización, Seguridad y Responsabilidad deben ser los principales factores que disminuyen la posibilidad de accidentes al practicar el montañismo.

El principio, la norma de vida como montañero es “prepararlo todo”.

No dejar lugar a que la improvisación le descomponga, pues ella en cualquier campo sólo acarrea problemas.

Al excursionista o andinista, no le deben asustar los largos procesos evolutivos, la iniciación o desarrollo de etapas sacrificadas, que son sin embargo, los únicos capaces de dar éxitos duraderos.

El triunfo sólo es de aquellos que se preparan para ello, por medio de sus méritos. Debemos por lo tanto en Montañismo, asignar una enorme importancia a la voluntad del deportista y al valor de sus esfuerzos. Este debe ser capaz de desembarazarse de las situaciones más complicadas, basándose en una óptima preparación física, técnica de acuerdo a su nivel de práctica, entiéndase por esto la gimnasia, en los conocimientos meteorológicos elementales, en los primeros auxilios básicos, en la alimentación adecuada al momento que se viva y de saber usar con soltura todos los elementos personales, entiéndase por esto, “el equipo personal”.

Además debe ejercitar de forma constante durante el desarrollo del recorrido, el sentido de la orientación, apreciación de distancias, cálculo estimado del tiempo a emplear y rapidez visual.

Todo esto ayudará considerablemente en los ascensos y descensos, en las idas y en los regresos.

Actuar de otra forma es “peligroso y temerario”, la improvisación e insistimos la falta de preparación gimnástica, conocimientos básicos, equipo y vestuario inadecuado, no ofrece la posibilidad cierta de resolver favorablemente ningún problema generado en la montaña.

Quien tenga en mente saborear triunfos en este deporte, quien sueñe con la idea de erguirse sobre una cumbre andina, quien no desee ser mártir de la montaña, debe estudiar las experiencias y aprovechar el saber de las personas competentes en la materia; todo esto se logra con el correr de las prácticas.

El Montañismo pues, tiene el valor de generar las más elevadas virtudes, el principio de la Eficiencia y de la Responsabilidad. El montañero es dueño de su propio destino, suyo es el riesgo y suyo es el beneficio.

Cuando se está perfectamente preparado se experimenta un sentimiento de fuerza, seguridad, confianza. Mal preparado se deja al descubierto este tipo de accidentes,

sentimiento de culpa, dudas, inseguridad y finalmente la impotencia al no poder encontrar por ejemplo el camino de regreso.

Existe el convencimiento de que es más importante utilizar y ejercitar formas o técnicas tendientes a evitar accidentes que aprender o ejercitar técnicas o formas de rescate y salvamento, ambas acciones son importantes, una más que la otra.

Esta es una forma de Seguridad para ir a montaña, que se Organiza, se Planifica y se Proyecta en la ciudad, en forma consiente, mesurada, responsable y con criterio razonable.

De manera tal que cada excursión, ascensión, caminata o salida a la Naturaleza sea una linda e inolvidable experiencia y no con un amargo y penoso regreso.

No olvidemos que tras un accidente, no es menor la gran cantidad de recursos, gastos, equipos y personal involucrado para ir en rescate.


Un aporte de los Instructores de Montaña del Valle de Aconcagua – ChileEscuela Nacional de Montaña: Jorge Venegas Montenegro – Ricardo Serrat Palacios.

Foto portada: Jon Ander (Unsplash)

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