Las enigmáticas ruinas de la Real Fábrica de Municiones de Eugi
Escondidos en los hermosos bosques pirenaicos del norte de Navarra, se encuentran los vestigios de la histórica Real Fábrica de Municiones de Eugi, un asombroso lugar del que sobreviven enigmáticas ruinas, y que hoy en día representan un atractivo paseo que es todo un viaje a través de la historia, en medio de un lugar majestuoso y que vale la pena conocer.
El bosque Quinto Real
Si te gustan los lugares naturales, pero también te interesa la historia, la fotografía y el senderismo, la legendaria Fábrica de armas de Eugi que se encuentra escondida en este bosque, tiene todos los ingredientes para convertirse en una aventura fascinante de tu interés, y que además puedes disfrutar de forma totalmente gratuita.
A 8 km de Eugi, a unos 9 km de la frontera francesa y a casi 17 km de Pamplona, se encuentra este enigmático lugar del que sólo sobreviven las ruinas de sus construcciones y el recuerdo de múltiples historias que forman parte de la identidad de la región.
En este lugar se desarrollaron importantes episodios históricos, y hoy en día forman un espectacular contraste que trasciende en las fronteras del espacio/tiempo, a través de vestigios que perduran en una hermosa y verde zona montañosa en las entrañas de los Pirineos.
Una historia legendaria
De acuerdo a la evidencia histórica que se ha logrado develar, se tiene certeza de que al menos desde el siglo XV ya se tenía en la zona actividad vinculada a la fabricación y reparación de armas, a través de diversos talleres y ferrerías.
Incluso algunas armaduras legendarias y ampliamente valoradas como las de Felipe III y Felipe IV, fueron elaboradas aquí, donde también se preparaban municiones, cascos y demás parafernalia característica de la actividad militar, la cual se mantuvo durante mucho tiempo como una de las prioridades de la corona, quien adquirió también diversos territorios de la región.
Sobre esta base, fue que en 1766 se fundó formalmente y comenzó la construcción de la Real Fábrica de Municiones de Eugi, particularmente en el paraje de Olaberri, pues la cercanía con la frontera francesa, así como lo agreste de la zona, lo hacía un punto estratégico para mantener un buen abasto de municiones y equipamiento bélico.
La Real Fábrica de Municiones de Eugi
Fue así que comenzó a operar esta instalación bajo el auspicio real; no obstante que no se trató sólo de una fábrica más, sino que aquí también comenzó a entrar en funcionamiento un inédito sistema de producción militar, por medio del cual se pretendía llevar a cabo un sistema más eficiente, y donde lo que en parte provenía de un sistema de propiedad privada, comenzaba a pasar así a formar parte del dominio del rey.
Se trataba de una instalación de gran tamaño -alrededor de 10 mil metros cuadrados-, donde convergían de forma organizada diferentes fases del proceso de producción armamentista; pues no sólo había unidades de procesamiento de materiales como hornos, carboneras y molderías, sino que también se producían bombas, cañones y municiones de diversos calibres; además de contar con talleres especializados en la limpieza, la calibración y otras actividades necesarias para la industria militar.
Claro que para mantener todo esto en funcionamiento, se requería también una considerable fuerza humana, fue por esto que de forma paralela se desarrolló también una población que llegó a ser de aproximadamente medio millar de personas, quienes vivían directa o indirectamente de la actividad que se realizaba en la fábrica.
Esto desde luego que propició de igual forma la creación de otro tipo de instalaciones, desde un centro escolar, una unidad médica e incluso una iglesia, cuyos vestigios también se pueden encontrar dentro de las enigmáticas ruinas que perduran en la zona.
El golpe letal
En realidad, la existencia de la Fábrica de armas de Eugi fue relativamente breve, pues aunque se comenzaban a establecer los cimientos para una población con proyección a mantenerse firme durante mucho tiempo, en realidad fueron menos de 30 años los que pudo perdurar de forma estable.
Fue en el año 1794 que la Guerra dela Convención provocó la llegada de tropas francesas a la zona,quienes desde luego sabían la importancia estratégica que este centro de producción armamentista tenía para la corona española,por lo que llegaron con la intención de destruir la mayor parte,buscando dejar las instalaciones inutilizables y a la población devastada como para tener ánimos de reconstruirse.
Y aunque se enviaron tropas para intentar contener la embestida francesa, el desenlace fue una cruenta batalla que dejó alrededor de dos centenares de fallecidos y unas 700 personas heridas, generando también importantes daños a la fábrica.
Se tiene evidencia de que al igual que otras fábricas militares que fueron devastadas, como la de Orbaizeta, intentaron reactivar las labores al finalizar el conflicto armado con Francia; sin embargo en el caso de la instalación de Eugi, estos esfuerzos serían en vano y nunca lograrían reactivarse de forma definitiva.
De acuerdo a testimonios documentales del año 1843, el lugar ya se encontraba totalmente en ruinas y abandonado, no obstante que una parte de sus emblemáticas instalaciones lograrían perdurar en el tiempo.
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Actualmente, el río Arga corre aún por debajo de los arcos de lo que fuera esta armería real, que es no sólo una de las instalaciones que mejor se conservan de la antigua fábrica, sino también una de las postales más bellas y emblemáticas que se pueden ver de este misterioso lugar.
Cabe señalar que quizás en nuestros tiempos, esta imagen pueda ser aún más espectacular, pues en la antigüedad, debido a que la industria armamentista necesitaba un enorme abasto de recursos madereros, el entorno en la zona era un tanto diferente; no obstante que tras varios siglos, ahora subsiste un denso bosque con enormes hayas que permiten generar una atmósfera fascinante, donde converge un hermoso entorno natural, con los vestigios de un lugar histórico y que guarda una gran variedad de historias que contar.
Hoy en día se mantiene protegido como un Bien de Interés Cultural, y aunque puedes visitarlo por tu cuenta, también existen interesantes y recomendables visitas guiadas que te permiten conocer íntimos detalles e interesantes relatos acerca de este histórico y enigmático lugar.
DESTACADO:
- Entre el puerto de Urkiaga y el pueblo de Eugi se encuentra el Hostal Arrobi Borda, en pleno corazón de Quinto Real, te sentirás como en casa.