Alpinismo en los Pirineos: prepárate físicamente para la actividad
Practicar alpinismo en los Pirineos requiere, además de una experiencia y conocimiento técnico, de un entrenamiento y condiciones físicas adecuadas para las exigencias de este deporte y del terreno en el que nos vamos a mover.
La resistencia es esencial para poder estar a la altura de las circunstancias. Este sistema montañoso que ejerce de frontera entre España y Francia cuenta con 212 cumbres que superan los 3000 metros de altitud, entre las que se encuentra el Aneto, con 3404 metros, que es la más emblemática.
Hay rutas en los Pirineos que conducen a los picos más exigentes, que a quienes los coronan ofrecen la posibilidad de experimentar la inigualable sensación de tocar el cielo con las manos. Y, antes de tocar el cielo, hay que pisar el suelo.
La preparación física es fundamental en este deporte, tienes que prepararte a conciencia para ello. Como ya hemos apuntado, una de las facetas que tendrás que trabajar será la resistencia; aunque no olvides otras como la flexibilidad o la técnica.
Tu capacidad para sostener un esfuerzo de manera constante y eficaz durante un largo periodo de tiempo a de aumentar y, para ello, tendrás que trabajar el ejercicio aeróbico. En este sentido, un de las opciones es salir a correr —muchos dicen que es lo más efectivo porque se consigue una mayor resistencia en menos tiempo—, o bien otros deportes aeróbicos como el ciclismo o la natación —menos exigentes a nivel articular, ya que no cargaremos con el peso del cuerpo en su práctica—.
Es recomendable correr distancias de entre 5 y 10 kilómetros, 2 o 3 días a la semana y a un ritmo ligero y constante. En medio, es importante dar al cuerpo un tiempo de descanso para evitar la fatiga. Este aspecto es tan fundamental como la alimentación.
Ejercicios específicos de una preparación física adecuada para el alpinismo
Podemos correr alternando sesiones por terreno de montaña, para aclimatar nuestro cuerpo a las particularidades del terreno. El entrenamiento cardiovascular es esencial. Ten en cuenta que practicar alpinismo te va a obligar a acometer fuertes desniveles en una jornada —en los Pirineos, ascender a un tres mil puede suponer una actividad en la que se afronten desniveles superiores a 2000 metros en algunos casos—.
Esto quiere decir que, cuanto mayor sea tu resistencia y tu capacidad pulmonar, mejor. El entrenamiento debe ser progresivo y con intervalos de alta intensidad.
Entrenamiento de fuerza
No solamente debes trabajar la resistencia en tu preparación física para este tipo de actividad. También es aconsejable que lleves a cabo ejercicios de fuerza y flexibilidad.
- Este entrenamiento complementario debe contar con ejercicios de abdominales —puedes hacer cuatro series de 25 al día y en varios tipos de ejecución—.
- Los ejercicios de flexibilidad, con los que conseguirás reducir el riesgo de sufrir calambres, tirones y hasta desgarres —dedica al menos 10 minutos al día. Tu cuerpo lo agradecerá—.
- El entrenamiento con pesas para fortalecer los músculos de diferentes zonas del cuerpo.
- Se pueden combinar con otros ejercicios como las sentadillas, el step down o las flexiones.
La clave es trabajar para intentar desarrollar la fuerza y la flexibilidad; cualidades de suma importancia si quieres practicar alpinismo y disfrutar de la actividad. Y tan importante es el entrenamiento como el descanso —recuerda—. Un sobresfuerzo puede ser contraproducente y motivo de lesión. Por eso es importante confeccionar una tabla de trabajo en la que controlar el entrenamiento de cada día.
Hacer alpinismo en los Pirineos es todo un reto, pero, con la preparación física adecuada reducirás riesgos —el alpinismo es una actividad peligrosa y requiere de la preparación, la experiencia y la técnica adecuada— y disfrutarás de la actividad.
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