Cuidado de los pies en senderismo: protégelos cuando estés en ruta.
Que tus pies se encuentren en buen estado resulta clave si quieres completar una ruta de senderismo de la mejor manera. Muchos novatos y algunos deportistas experimentados pasan por alto el cuidado de los pies y se ven obligados a abandonar el recorrido porque el dolor de las ampollas no les permite continuar.
Recuerda que solo tienes unos y debes protegerlos como el tesoro valioso que son. Sigue leyendo y aprende cómo cuidar tus pies en ruta para que no haya nada que te impida triunfar en el camino.
La prevención tiene mejores efectos que otras técnicas. Antes de emprender una excursión, dedica tiempo a garantizar unos pies ‘felices’ para evitar caminatas dolorosas. ¿Cómo se hace? En primer lugar, escogiendo el zapato ideal.
El calzado correcto
Consulta con profesionales cuáles opciones de calzado dan el ajuste perfecto para los pies. Cada quien tiene características anatómicas diferentes, por lo que a todos no les sirven las mismas botas.
El calzado correcto para la ruta se escoge tomando en cuenta el largo de los dedos, el punto de flexión, las líneas de encaje y la flexibilidad. Camina un rato con ellos antes de llevártelos.
Existen botas de senderismo que ofrecen más confianza, pues mantienen secos los pies y permiten una transpiración correcta en caso de clima cálido. Con este equipamiento no tendrás que preocuparte por las incómodas ampollas.
Una vez que tienes las botas adecuadas, antes de comenzar el sendero, debes proteger las zonas del pie susceptibles de formar ampollas y aplicarles una crema. También hace falta cortar las uñas de los pies para evitar que aparezcan ampollas, que corten otros dedos o se enreden en los calcetines.
Busca la comodidad en tu calzado
No se recomienda recorrer una larga ruta con zapatos nuevos. Úsalos en otros espacios menos complicados antes de comenzar la excursión, con la finalidad de que se vayan suavizando y no se conviertan en una tortura para tus pies.
Otra técnica para cuidar tus pies en ruta consiste en agregar amortiguación con plantillas que controlen los puntos de dolor en las suelas. Si las que tienen tus botas no te resultan cómodas, sácalas y reemplázalas por otras mejores.
Si sientes que durante la caminata, tus pies se sienten incómodos, prueba con acomodar bien las botas. En muchas ocasiones puede deberse a que los cordones estás demasiado apretados, por ejemplo; algo que se resuelve trenzándolos de forma diferente.
Calcetines en óptimas condiciones
¡No se te ocurra ponerte los zapatos sin calcetines! Durante la excursión procura mantener tus calcetines cálidos, secos y limpios. Lávalos cada día por dentro y por fuera. De esa manera se elimina cualquier resto de partículas que puedan incomodar.
Mientras descansas en la ruta, quítate el calzado y los calcetines para que los pies se ventilen y se sequen. La humedad en los pies es absorbida por la capa externa de la piel y se macera. Esto produce picazón, forma ampollas y hace que aparezcan grietas dolorosas.
Cuando llegue la noche, ponte calcetines limpios y calientes que ayuden a que los pies se recuperen mientras duermes y amanezcan preparados para aguantar otro día de senderismo.
En rutas con ríos
Si tu excursión incluye tramos de agua, como ríos o riachuelos, tus pies se mantendrán húmedos sin poder evitarlo. No te servirán botas ni calcetines impermeables, aunque pueden servir aquellos fabricados en un material de baja absorción que se seque rápidamente.
Para estos casos, corresponde aplicar correctivos al finalizar la jornada: se recomienda secar los pies y luego aplicar una loción hidratante que reduzca la maceración de la piel. Así se evitará la formación de ampollas y otras molestias.
Si tienes que transitar por riachuelos de poca profundidad o con poca agua unas botas con tejido impermeable evitarán que tus pies se mojen.
Siguiendo estos sencillos consejos para cuidar tus pies en ruta podrás disfrutar de las excursiones que tanto te hacen feliz sin tener que preocuparte por la tranquilidad de tus pies.
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Cuidado de los pies en senderismo. Foto: Vlad Tchompalov (Unsplash)