Consejos para el cuidado de tu saco de dormir
Un saco de dormir puede resultar «tu gran amigo» para las frías noches de campamento. Aquí te damos algunos consejos para que tu saco de dormir te dure muchos años.
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En el campamento
Es importante que tu saco de dormir se mantenga limpio y seco mientras se acampa, por la sencilla razón que es nuestro envoltorio que nos cobijará mientras descansamos.
Aunque puedas estar muy cansado al caer la noche, evita acostarte dentro del saco con ropa sucia. También intenta quitarte los restos de protector solar del cuello o cara para que el saco no se ensucie.
Además de las razones obvias de higiene, los aceites corporales y la suciedad le quitarán las propiedades aislantes al saco de dormir con el tiempo.
También es necesario que si vas a colocar el saco directamente en el suelo, pongas algo que lo proteja como una esterilla, aunque el saco pueda tener una tela resistente en el exterior.
Cuida tu saco
Como puedes ver en esta tienda, el precio de un buen saco de dormir es bastante alto, por lo que merece la pena cuidarlo para que dure muchos años. Aunque parezca una tontería, no camines dentro del saco de dormir, ya que lo podrás destrozar. Tampoco te sientes alrededor de la fogata dentro del saco, ya que lo podría alcanzar alguna chispa y hacerle un agujero. De igual forma, ten cuidado con tu saco si en las cercanías tienes alguna vela o fuego.
Otro detalle que hay que cuidar son los cierres o cremalleras del saco. Lo mejor es que te familiarices con ellos para que a la hora de acampar sepas manejarlos aún en la oscuridad.
Cada día que uses tu saco deberás también airearlo. Ábrelo de adentro hacia afuera para que se evapore toda la humedad que pudiese contener. Tampoco lo dejes mucho rato al sol, ya que los rayos solares pueden degradar la tela.
Cómo transportar el saco de dormir
Para evitar las molestas bolsas de aire al comprimir el saco para transportarlo cuando vas de campamento, puedes enrollarlo desde los pies hacia arriba.
Coloca la cremallera cerrada a medias y ejerce la presión desde abajo, empujando para evitar que queden burbujas de aire y se vaya comprimiendo uniformemente y sin ejercer presión inadecuada sobre las costuras.
Dependiendo de la tipología del saco —si es de plumón por ejemplo— puedes introducirlo en su bolsa sin enrollarlo, simplemente produciéndolo en su envoltorio con presión.
Lo único que deberás evitar es mantener demasiado tiempo el saco comprimido, ya que podría tender a deformarse.
Después de la excursión
Tras de unos días de excursión, al volver a casa es necesario prestar atención al cuidado de los objetos que nos acompañaron en ruta. Por supuesto que el saco de dormir no será la excepción.
Lo primero será descomprimir y airear el saco de dormir, para asegurarse que está completamente seco y libre de humedad.
Después de eso, simplemente dobla el saco pero sin apretarlo. Lo puedes almacenar en una bolsa, que muchas veces viene incluida cuando se adquiere el saco o en cualquier bolsa de algodón o malla. Incluso se puede guardar en una funda grande de almohada. Deberá almacenarse de manera más holgada que como lo transportamos en los días de la actividad, en su bolsa —sobre todo si el saco es de plumas—.
En todo caso, lo principal es que el saco no se guarde ni comprimido ni hermético. Esto último no se recomienda porque en un envase hermético se podría acumular la condensación y generar humedad y por consiguiente, la aparición de moho.
¿Cómo limpiar el saco de dormir?
Muchas veces se prefiere enviar el saco de dormir para su lavado a un profesional. Sin embargo, siguiendo estas recomendaciones, se podrá mantener limpio de manera sencilla.
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Hay que recordar que si se lava muy frecuentemente, el saco de dormir tendrá muchas más posibilidades de desgastarse. Por eso, es preferible limpiarlo sin mojarlo por completo.
Para limpiar la cubierta, se puede usar un cepillo de dientes y hacer una mezcla de agua y jabón suave. La idea es limpiar suavemente la capucha y el cuello, que son las partes que más tienden a ensuciarse por el contacto con la piel y el cabello.
Además, al limpiar el saco de dormir de esta manera, se podrá lavar y enjuagar la cubierta sin necesidad de que se moje el interior.
Realizando la limpieza del saco de esta manera, lo más probable es que pase un buen tiempo sin que necesites lavarlo completamente.
Lo primero que debes hacer, caso que necesites realmente lavar el saco de dormir, es leer y seguir las instrucciones del fabricante. Si no las tienes, aquí te contamos cómo lavarlo
Usa jabón suave, especial para materiales sintéticos. Evita los suavizantes de telas, la lejía y el cloro.
Si la vas a lavar usando lavadora y secadora, ten en cuenta que deberás secarlo a baja temperatura y revisarlo constantemente. Una temperatura muy alta podría deteriorar la tela e incluso derretirla.
Lavado a mano
Si planeas lavarlo a mano, llena el recipiente donde lo pondrás con agua fría o tibia y agrega el jabón elegido. No pongas demasiado jabón, ya que después será más difícil enjuagarlo. Frota las áreas más sucias.
Luego drena toda el agua y llena nuevamente el cubo —o bañera— con agua para enjuagar y asegúrate que has eliminado todos los restos de jabón. Si es necesario, repite el proceso.
Una vez que el jabón se ha eliminado por completo, exprime la mayor cantidad de agua posible. Si quieres secarlo al aire libre, lo puedes colocar sobre una superficie limpia al sol o a media sombra.
Lavado a máquina
A menos que lo diga específicamente en las instrucciones del fabricante, puede que lavar a máquina el saco sea una opción. Si el saco es de plumón, lo desaconsejamos. Léete las instrucciones antes.
Para esto, debes evitar usar detergentes fuertes, productos con lejía y suavizante de ropa. También debes asegurarte que la lavadora que usarás tiene capacidad para que el saco gire correctamente. Si no es así, por ser la lavadora muy pequeña, podrías usar una máquina de la lavandería automática, que suelen ser más grandes.
En caso de accidente, rotura o desgarre
A pesar de todos los cuidados, es posible que el saco sufra alguna desgarradura mientras estás en el campo. Para evitar que la rotura empeore, puedes coserlo provisionalmente y repararlo al llegar a casa de manera más duradera.
También puedes usar un parche, pero recuerda que no lo puedes dejar mucho tiempo porque el pegamento del parche tenderá a poner pegajosa el área y la rasgadura podría empeorar.