¿Cómo ir de excursión con los más peques? 7 consejos de un padre primerizo
Gari tiene ahora 8 meses. Desde sus primeras semanas ha recibido el estímulo del aire libre, el frescor en la cara, los colores, ha descubierto nuevos olores. Le veías una mirada de sorpresa cuando le acercabas a una flor colorida. Ahora, que ya empieza a ser más consciente de las cosas, para él todo verde a su alrededor es como un imán, y aunque no tiene mucha independencia cuando va en la mochila portabebés, si te descuidas está cogiendo una hoja y metiéndose en la boca. Cuando desliza su pequeña mano por la rugosidad de alguna roca, descubre nuevas texturas. Menudo terreno de aventura para él. No se acordará, pero algún poso quedará en esa personita.
Desde siempre he ido a la montaña y quiero que esta nueva etapa no lo cambie. Si la naturaleza y el aire libre tiene grandes beneficios para nuestro cuerpo y mente, por qué no compartirlo en familia. Creo que ya puedo hablar desde la experiencia en cuento a senderismo con bebés. Las siguientes etapas irán llegando, y este artículo irá sumando más anécdotas e irá hablando más desde la experiencia, cada vez que lo reescriba. De momento, me he tenido que ir informando para las etapas que llegarán, cuando Gari tenga 2 años, 4, 10. He preguntado, he leído, qué tener en cuenta para disfrutar de un día al aire libre o hacer alguna ruta de senderismo con niños. Todos los padres y madres coinciden en una cosa: hacer senderismo con niños tiene sus desafíos. Nada tiene que ver con ir en un grupo de amigos o con tu pareja. Pero no es misión imposible y qué decir: algo mejor que tratar de compartir tu pasión (que ¡crees que tanto te ha dado) con tus pequeños retoños.
Os dejo aquí esta guía particular para poder disfrutar del aire libre y de sus beneficios con los más pequeños. Que como os iba diciendo evolucionará, crecerá en consejos de primera mano, trucos, anécdotas, a medida que este padre primerizo vaya recorriendo senderos en familia.
¿Qué necesito para hacer senderismo con niños? Se necesitan muchas cosas: desde una buena vestimenta, hasta un “equipo de primeros auxilios” e incluso grandes dosis de imaginación. Os hago un «mix» de buenos consejos. Eso sí, tú conoces mejor que nadie a tu peque y puedes saber qué más cosas pueden ser esenciales para él. Déjate guiar por tu instinto maternal o paternal.
Todo comienza con un paso: senderismo con bebés
Gari recorre los senderos al lado de casa como un campeón. Él en su mochila, acurrucado contra mi cuerpo, como hipnotizado por un nuevo mundo que se abre ante sus ojos. A ratos va dormido, a ratos despierto pero absorto ante ese nuevo mundo que se le muestra, a ratos parece despertar de todo y se gira, se mueve, queriendo tocar todo lo que se acerca a su campo de acción. Como he dicho al inicio de este artículo, creo que salir de excursión al monte en estas edades puede ser muy positivo.
Si tu niño o niña tiene entre cero y doce meses será esencial ir con un portabebés o mochila portabebés. Es muy importante contar con uno para poder moverte con él sin problemas. Y también será primordial que tú vayas con un calzado adecuado y con un ritmo moderado para no sufrir ningún tipo de percance en la ruta. No te metas en terreno técnico, complicado o resbaladizo. También ten en cuenta las condiciones climáticas que vas a tener a lo largo del día. Piensa en la fragilidad de tu bebe y qué vas a hacer si se pone a diluviar a mitad de excursión. Esto no es una opción. (TE PUEDE INTERESAR: Cómo elegir una mochila portabebés)
En los primeros meses de vida del bebe podrás utilizar una mochila portabebés ergonómica, de porteo tipo «canguro» («tipo» van por delante). El bebé va acurrucado contra tu cuerpo, en una posición que le recordará esos 9 meses en la tripa de mama. No me cansaré de decirlo, como en otra dimensión, va «hipnotizado», quizás en ese recuerdo del medio acuático que le acompañó durante esos meses. Es importante la posición del cuerpo del bebe, giraremos el «culillo» del bebé hacia nosotros, para colocarlo en posición «ranita». Desde el frontal veremos como sus piernas y culo hacen una «M». Este tipo de mochilas portabebés tienen correas para adaptar el cuerpo del bebe a la mejor ergonomía y posición. Mi experiencia es con una mochila Kokadi y veo como Gari va en una posición natural.
Cuando el bebé puede ya ir sentado, podremos también pasar a otro tipo de mochila portabebés: portabebés con marco. Las piezas de este tipo mantienen al bebé en la espalda. Lo mejor que se puede hacer es consultar al pediatra sobre el momento adecuado para usar estos portabebés. En general, a los seis meses los bebés suelen tener un buen control del cuello y los hombros y se pueden sentar erguidos. Sin embargo, se recomienda el consejo del pediatra, ya que no todos los bebés tienen el mismo grado de desarrollo. Nosotros ahora con 8 meses vamos a hacer la transición a este tipo de mochila, tenemos ya una que creo que nos va a ser de gran ayuda en las salidas al monte, una Deuter kid comfort.
De pequeño a mayor
Cuando son pequeños, de 1 a tres años, es una fase perfecta, ya que en esa franja de edad es cuando más quieren caminar. Están desarrollando esa habilidad y la quieren poner en práctica. Podrás hacer la ruta llevando también un carrito o una mochila, por si se cansan en el trayecto, de manera que compaginéis el caminar con ir a los hombros de los padres o en el carrito. Si pensamos en una ruta por senderos, tendremos que optar por llevar la mochila, si nuestra excursión es por alguna vía verde o pista de buen piso si podremos llevar una silleta. Recuerda coger ropa de recambio, un par de calcetines extra ya que los charcos suelen llamar mucho la atención y prepararle una mochila para el solito. Como bien sabrás, les gusta tener sus cosas y llevar sus propias pertenencias.
Cuando ya han crecido (5-12 años) las necesidades cambian. Esta edad es mucho más sencilla a la hora de hacer senderismo aunque te recomendamos que le establezcas ciertas reglas. Por ejemplo: que no deben irse lejos y siempre estar a la vista de papá y mamá o que pueden andar un trozo grande y después detenerse a descansar hasta que la familia vuelva a ser visible para ellos.
Comprueba, y vuelve a comprobar que llevas todo
Aún recuerdo el primer día que nos aventuramos de excursión. Íbamos cargado hasta arriba de cosas que al final no llegamos a utilizar. Sin embargo no te olvides lo esencial. La experiencia te enseñará de qué puedes prescindir y cual es tu kit imprescindible cuando sales de excursión con los más pequeños. Este irá variando según la edad de los peques y el tipo de excursión que vamos a realizar.
Antes de salir a hacer la “excursión” debes investigar qué tiempo hará. Saber las condiciones climatológicas es esencial. Los niños se enfrían mucho más rápido que los adultos, por eso hay que tener especial cuidado con ellos y abrigarlos un pelín más.
Además, ten en cuenta que se pueden mojar o ensuciar. Lleva ropa de recambio y también lleva alguna que otra prenda extra de abrigo por si tiene frío. Esto en el caso de que hagáis la ruta de senderismo con niños en invierno. En verano ten en cuenta la hidratación y la ropa de recambio por si se mojan o bañan en algún sitio.
Todo empieza por tener un peque seco, caliente y alimentado. Un lugar aparentemente perfecto se convierte en un lugar miserable cuando no se satisfacen sus necesidades más básicas —doy fe de ello—. Y, dicho esto, más allá de lo ya comentado vamos a ver algunos consejos más específicos por edades. No es lo mismo hacer una ruta con un niño de 7 años que con un bebé de 6 meses.
Consigue que disfruten de la ruta desde el minuto 1
Solemos cometer un gran error cuando viajamos con niños y es entender el viaje como si fuera el un adulto. Nosotros (los adultos) solemos hacer senderismo con un fin (por ejemplo, ver un paisaje, el lago de al final del trayecto o disfrutar de una cascada) pero con niños no podemos ir con esa intención; ya que seguramente la experiencia para ellos no sea tan positiva.
La ruta de senderismo debe ser una aventura desde el inicio y no solamente al final. Es decir, el destino no es lo importante. Para conseguir esto se pueden hacer muchas cosas: desde jugar durante el camino (el típico juego del “veo veo” puede ser útil) o también se puede intentar escuchar qué es lo qué dicen los pájaros. Te puedes inventar una sintonía con lo que pian, por ejemplo. Además, recuerda que los descansos son fundamentales para no provocar una fatiga en ellos.
Y también te recomendamos que elijas una primera excursión no muy complicada. Ya que aunque los niños están llenos de energía si los llevamos por colinas y caminos rocosos seguramente se cansen antes de lo previsto.
Sorprende a tu hijo
¿Qué es lo que suele pensar un niño de su papá o su mamá? Que es experto en todo, que es el mejor y que es un superhéroe. Así que, te sugerimos que salgas aprendido de casa con cosas que te puedes encontrar durante la excursión. Por ejemplo, estudia la fauna y flora para hablarle de las plantas que hay alrededor y comentarle para qué sirven (remedios naturales) o investiga un poco sobre los animales que hay escondidos muy cerca de vosotros. Puede ser emocionante para él pensar que se puede encontrar con alguno durante el camino.
Paciencia y flexibilidad
Piensa que viajas con niños, debes ser paciente y flexible. Es normal que se detengan para ver cualquier cosa que les llame la atención o que se entretengan por el camino. Debes plantear la ruta de senderismo como una especie de recorrido lleno de enseñanza en el que tu peque va a descubrir; y debes dejar que lo haga para que disfrute.
Por ejemplo, si haces una ruta por una zona con cascadas y ríos deberás ser consciente de que los niños suelen quedarse fascinados por el agua y que, por lo tanto, seguramente se entretengan más y hagan más paradas. Al igual que debes ser paciente si hacen muchas preguntas sobre un animal o planta. Es algo normal.
Salir a menudo a disfrutar de la naturaleza
Una excursión por la naturaleza es un bálsamo para el alma. Si tu crío o cría es un «torbellino» bien seguro que andar y corretear por el bosque lo apaciguará (y sino seguro que lo cansará, lo que es un boleto seguro para que duerma como un tronco). Repite las salidas, que se incluyan en su rutina. Tú sabes lo importante que será para ellos. Aprovecha esas salidas para educarles tanto ambientalmente como desde el respeto a lo que vean y conozcan en estas aventuras. Si tienes suerte, cuando crezcan, te pedirán salir más y más, y quien sabe quizás cuando sean unos buenos montañeros, te llevarán a ti.