Subida constante desde Esbintz al collado de la Core por caminos y territorios ancestrales de pastoreo, sin que se nos destapara el día. El collado es una zona de cruce de carreteras. El GR-10 asciende por el lado izquierdo del collado en un camino que supera un desnivel de 350 metros hasta el collado de Auèdole, pero con continuos toboganes que incrementan el desnivel acumulado. Las vistas hacia el norte son muy amplias. A partir de aquí se van superando unos rellanos hasta el Col de Laziès (punto más alto de la etapa), bordeando previamente el pequeño lago de Ayes. Aquí el GR-10 hace un giro brusco hacia el sur por un camino que en ligero descenso va haciendo de nuevo continuos toboganes. En un momento dado el camino deja de ascender por el valle para iniciar un largo descenso de 1000 metros por un camino, inicialmente abierto y posteriormente entrando por un magnífico bosque de hayas, de trazado impecable. Al llegar al fondo del valle nos encontramos la maison de Valier, punto tradicional para ascender al mont Valier.

Alojamiento:
Curiosamente, durante estos 1000 metros de descenso nos acompaño un border colier con un collar donde podía leerse “Niege”. Resulto ser de los propietarios de la Gite de Mont Valier nuestro destino ese día. Llegamos a las 13:30 y era lunes. Ese día de la semana el restaurante Bar está cerrado y no abren hasta las 16:30. Cuando llevábamos unos minutos cerca de la puerta de entrada, Baptiste, el hijo adolescente de los propietarios, nos vio y resultó ser el propietario del perro que nos había acompañado. En agradecimiento nos abrió las puertas y nos ofreció unas cervezas. La Gite de la Maison de Mont Valier es un super-refugio aislado cerca de un caudaloso rio de montaña, con múltiples habitaciones de 2 o 4 camas con ducha y lavabo cada una. Nos dejaron el desayuno muy abundante y de calidad preparado para las 5:30 y un muy buen pique-nique, todo un detalle. Lugar muy recomendable con un trato excelente.