Senderismo en invierno: ¿qué equipo debo llevar?
Se acerca el invierno y con él debemos tener en cuenta que cambia el ambiente y las condiciones para hacer senderismo por las montañas del Pirineo. La nieve cubre los senderos, al igual que las rocas y las praderas, y el paisaje se tiñe de blanco. Para poder practicar el montañismo, una gran actividad y muy saludable, con seguridad es importante tener en cuenta ciertos factores y posibles riesgos. Practicar senderismo —o raquetas— o progresar por nieve, puede ser en esencia peligroso, ya que estamos expuestos a resbalar por pendientes de hielo, a temperaturas que pueden ser extremos con el riesgo de hipotermia —nunca tenemos todo controlado y un imprevisto puede ponernos en apuros— o la misma progresión fatigosa en nieve —aunque en nuestro equipamiento dispongamos de raquetas—.
Para ello te contamos en este artículo qué necesitas llevar en la mochila de montaña antes de emprender una aventura de montañismo invernal.
Consideraciones antes de enfrentarte a la montaña invernal. Técnica de progresión en nieve.
Practicar senderismo o montañismo invernal —nos referimos en ambientes crudos o extremos, como puede ser el Pirineo en invierno— está al alcance de montañeros experimentados. Andar por la nieve —aún con raquetas—, puede resultarnos una actividad muy gratificante, pero en estos ambientes las condiciones metereológicas pueden cambiar repentinamente y hay que saber lidiar con ello. Por otro lado, habrá que manejar equipamiento invernal: caso del piolet o crampones, para lo que será necesario conocer las técnicas de progresión en nieve con los mismos.
Ropa de montaña para condiciones invernales
Hay ciertas cosas que tienes que tener en cuenta y que son incuestionables: necesitarás unas botas de montaña adecuadas, al igual que la ropa para nieve —o inclemencias metereológicas— y en la mochila incluiremos lo básico, pero imprescindible, que necesitarás en tu ruta.
Todo aquel que practique deporte de invierno es consciente de que es mucho más práctico llevar varias capas de ropa que una muy gruesa. Es el denominado «principio de las tres capas» de la ropa para la nieve porque permite que te quites y te pongas las prendas en función del frío que tengas y, además, entre las propias ropas se crean bolsas de aire aislantes del frío.
La capa interior es la que se encuentra en contacto con el cuerpo. Estas son la camiseta interior y el pantalón térmico. En las intermedias, entra el forro polar y los jerséis, y la última está formada por las dos prendas que estarán en contacto con el exterior, chaqueta y pantalón, por lo que tienen que ser transpirables e impermeables.
Cuando emprendamos la marcha, nuestro cuerpo se adaptará a la temperatura y al clima exterior, por lo que tenemos que tener en mente la posibilidad de que, con el movimiento, nos sobre alguna capa. Sin embargo, siempre es recomendable llevarla en la mochila aunque creas que no será necesaria, puesto que a primeras horas del día y por las noches suelen bajar las temperaturas, y el tiempo puede cambiar drasticamente en cualquier momento.
Tampoco podemos olvidar cubrirnos adecuadamente la cabeza y las manos. Tanto el gorro como los guantes son imprescindibles, ya que protegen zonas muy sensibles al frío. Ten cuidado y no dejes estas prendas sobre la nieve, ya que se pueden mojar y será muy desagradable al volver a ponértelas. Un detalle que pasa muy desapercibido es que la cabeza, además de al frío, se encuentra en constante exposición al sol durante toda la actividad. Los efectos de la insolación acaban notándose al final del día, sensaciones poco agradables que podemos evitar con una simple gorra.
Uno de los factores más importantes en cualquier deporte es el calzado, pero tratándose de montañismo lo es muchísimo más. Es fundamental que te hagas con unas correctas botas de montaña, cómodas, impermeables y aislantes del frío. Los pies son nuestro soporte las 24 horas del día y un calzado inapropiado puede hacer mucho daño y estropearnos el resto de la actividad, por lo que compensa gastarse algo más de dinero. Lo principal es la seguridad. Llevar un par de calcetines de repuesto tampoco está de más por lo que pueda pasar.
En lo que respecta a las mochilas de montaña, es importante que tengan un diseño adecuado y que sea resistente en cierto grado al agua y la nieve. En caso de que se ponga a llover —o nevar— debe resguardar el contenido, mantenerlo seco. También, no se trata de cuán bonita o sencilla sea, se trata de que, dependiendo de su forma y sujeción, puede que nos impida movernos con seguridad y sin molestias.
Complementos y recomendaciones
Además, puedes llevar gafas que protegerán los ojos ante la luz directa del sol pero también ante el reflejo de este en la nieve. De hecho, aunque pueda parecer broma, te recomendamos que te protejas la cara con crema protectora solar —para alta exposición— porque la radiación solar a la que te expones es doble: los rayos del sol y los que se reflejan de la nieve.
En invierno deberemos considerar llevar un kit de supervivencia, en el que no podrán faltar elementos como una manta térmica —articulo que nos puede salvar de graves problemas si surge cualquier imprevisto en nuestra actividad—.
Por otro lado, muchos practicantes de este tipo de deporte se olvidan completamente de la importancia del botiquín. No hace falta que lleves muchas cosas, pero sí los elementos esenciales como tiritas, vendas, medicamentos antiinflamatorios y algo para las heridas, como, por ejemplo, yodo.
Asimismo, siempre es más seguro y, además, divertido ir acompañado. Planear este tipo de actividades entre un grupo de personas hará que disfrutéis de un tiempo juntos, os ayudéis mutuamente y entre todos os podréis orientar mejor. Por este mismo motivo, es necesario saber orientarse, entender los mapas y tener una mínima idea de qué referencias podéis tomar durante el camino. Si alguno de los miembros ha realizado la misma ruta anteriormente, será mucho más sencillo guiarse.
Consulta el clima previamente. El riesgo de hipotermia en condiciones extremas como puede ser la montaña invernal está ahí. Por otro lado, es evidente que hará frío, pero si podemos prevenir las lluvias y las tormentas, mucho mejor, ¿no? Asimismo, la niebla dificultará mucho la visión y, por tanto, el camino. Y si aun cerciorándonos de que el clima será bueno, comienza a estropearse a medio camino, es mejor dar media vuelta y volver otro día. No te preocupes, la montaña no se moverá de su sitio y seguro que puedes encontrar otro hueco en tu agenda.
Por último, pero no menos importante, es fundamental conocer nuestros propios límites. Si nos sentimos cansados o la altitud y la nieve dificultan nuestra marcha, será necesario parar y descansar un rato o disminuir el ritmo —o darnos la vuelta—. No se trata de una competición, todo lo contrario, es una actividad dedicada al disfrute y a pasar un rato agradable.
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